El campo de la nutrición, originalmente incluido en el área de las ciencias biológicas, ha ido avanzando en las temáticas de las Ciencias Sociales, Humanas y Ambientales, constituyendo un complejo y paradójico escenario epidemiológico nutricional en el país, que va desde el hambre hasta la obesidad, y se caracteriza por temas multidimensionales actuales11 Vasconcelos FAG, Batista Filho M. História do campo da Alimentação e Nutrição em Saúde Coletiva no Brasil. Cien Saude Colet 2011; 16(1):81-90..
En esta edición, Ciência & Saúde Coletiva presenta algunos enfoques poblacionales y otros que abordan cuestiones locales. Entre los más completos se incluyen dos artículos sobre la Política Nacional de Alimentación y Nutrición (PNAN). Uno de ellos muestra que hubo una evolución en los documentos de referencia brasileños, que se expandieron desde los aspectos biológico-nutricional e higiénico-sanitario de la cocina para incluir consideraciones sobre la asociación de los alimentos con factores biopsíquicos, socioculturales y ambientales. Esto está especialmente presente en la publicación de la segunda edición de la Guía Alimentaria para la Población Brasileña22 Brasil. Ministério da Saúde (MS). Secretaria de Atenção à Saúde. Departamento de Atenção Básica. Guia alimentar para a população brasileira. 2ª ed. 1ª reimp. Brasília: MS; 2014.. En el segundo texto, los autores discuten las 51 recomendaciones de la Política, identificando posibles innovaciones, acciones y estrategias a promover a nivel nacional, según la opinión colectiva de un grupo de expertos en alimentación y nutrición en el sector salud. Es el caso de defender la garantía de la financiación pública, la presencia de nutricionistas en los distintos niveles de atención sanitaria y la formación de estos profesionales.
Las condiciones de vida siguen teniendo una fuerte influencia en la dieta, como se analiza en el estudio sobre los patrones alimentarios de los adultos en las regiones urbanas. Entre los principales problemas que menciona el artículo está el consumo de alimentos ultraprocesados. En el mismo sentido, articulando la privación social con la inseguridad alimentaria, uno de los textos destaca las consecuencias de esta situación para varias generaciones. Se sabe que el hambre y la pobreza entre las mujeres embarazadas impactan sus vidas y las de sus hijos, obstaculizando los cambios que podrían derivarse de la atención prenatal, incluido el tiempo de escolarización.
Algunos autores de esta edición se centraron en nuevos aspectos del entorno alimentario: la accesibilidad geográfico-espacial, como en el caso del papel de los mercados al aire libre; dificultades para acceder a alimentos saludables por razones socioétnicas-raciales; factores que compiten con la alimentación saludable, como el fácil acceso a alimentos ultraprocesados en las escuelas y sus alrededores; y preparaciones culinarias en entornos digitales.
La edición contiene también dos artículos sobre la alimentación de la población quilombola. El primero mapea la tendencia temporal del estado nutricional de niños menores de cinco años en varios municipios brasileños entre 2008 y 2019, investigación del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN). El segundo habla sobre la salud, las condiciones de vida y los factores asociados a la calidad de la dieta de mujeres y niños menores de 5 años en 9 comunidades rurales quilombolas. Se observa que una mayor diversidad y calidad de la dieta se asocia con mayores ingresos, no participación en un programa de transferencia de ingresos y más educación.
Algunos trabajos resaltan cambios en la vida, hábitos y comportamientos, condiciones heredadas del COVID-19, como el aumento de peso de las personas que trabajaron de forma remota durante este período. La pandemia también puso de relieve la inseguridad alimentaria de casi la mitad de los niños atendidos en los servicios de referencia en este momento de sufrimiento colectivo histórico, debido al deterioro de la calidad de la dieta, al aumento de la frecuencia semanal de consumo de alimentos ultraprocesados y a la reducción de consumo de frutas y verduras. La reducción del acceso a la carne y la leche y el aumento de la ingesta de alimentos ultraprocesados fueron más denunciados por familias que experimentaban inseguridad alimentaria, lo que sugiere la asociación de situaciones de vida precarias con el deterioro de la calidad de la dieta durante la fase crítica del aislamiento social.
Referencias bibliográficas
- 1Vasconcelos FAG, Batista Filho M. História do campo da Alimentação e Nutrição em Saúde Coletiva no Brasil. Cien Saude Colet 2011; 16(1):81-90.
- 2Brasil. Ministério da Saúde (MS). Secretaria de Atenção à Saúde. Departamento de Atenção Básica. Guia alimentar para a população brasileira. 2ª ed. 1ª reimp. Brasília: MS; 2014.