DEBATE DEBATE

 

Debate sobre o artigo de Maria Andréa Loyola

 

Debate on the paper by Maria Andréa Loyola

 

 

Silvana Inés Weller

Departamento de Medicina Preventiva e Social, Faculdade de Ciências Médicas, Universidade Estadual de Campinas, Campinas, São Paulo, Brasil. Centro de Estudios Estado y Sociedad, Buenos Aires, Argentina. E-mail: sweller@netizen.com.ar

 

 

Medicina y reproducción

¿Por qué la sociedad actual que tan bien nos describe Loyola, precisa de la intervención de la medicina en los diferentes aspectos que permiten la reproducción humana? No es difícil encontrar respuestas vitales a esta pregunta. El mundo de las mujeres se divide entre aquellas que consiguen acceder a métodos anticonceptivos modernos y seguros y las que no; entre aquellas que pueden realizar abortos seguros y aquellas que no; entre aquellas que pueden contar al momento del parto con todo el auxilio de la tecnología de avanzada y aquellas que no. Así, en muchos países del mundo, el principal problema de salud de las mujeres sigue siendo la falta de acceso a métodos seguros, el aborto provocado es la principal causa de muertes maternas y las complicaciones por aborto hechos por no médicos o por médicos en condiciones sanitarias inadecuadas constituyen la segunda causa de egreso hospitalario (primero son los partos) en los hospitales de grandes ciudades (Dirección de Estadísticas para la Salud, 2002; Giffin, 1994). Las mujeres que no acceden a los avances del último siglo siguen muriendo en muchas partes del mundo por algún evento vinculado a su reproducción.

¿Por qué los métodos anticonceptivos se volvieron una necesidad social? Creo que esta respuesta excede al campo de la medicina. Hechos sociales son los que transforman un hecho "natural" en un problema social que requiere de una respuesta. La medicina ha ganado un lugar preponderante en la reproducción humana, en la medida que ha conseguido que las mujeres que logran acceder a ciertos beneficios, no arriesgan sus vidas por mantener relaciones sexuales, ¡transcurran estas con o sin orgasmos!

Razonamiento similar podría realizarse para analizar el papel de la medicina frente al problema de la esterilidad. Algunos estudios disponibles (Chandra & Stephen, 1998; Larsen, 2000; Schmidt et al., 1995; Wulff et al., 1997) indican que en las últimas décadas no ha habido modificaciones significativas en la incidencia de infertilidad primaria y secundaria (alrededor del 10% de la población femenina de entre 15 y 45 años), sin embargo los estudios detectan modificaciones sustanciales en la proporción de mujeres y/o parejas que buscan en la medicina una respuesta a este problema. Más aún, los estudios reseñados indican que son las mujeres de mayores recursos económicos las que pueden acceder a los beneficios de la reproducción asistida, logrando así distanciarse una vez más de sus hermanas más pobres. También las mujeres con VIH (¡y con recursos económicos!) pueden reproducirse casi sin riesgo de transmitir el virus a sus hijos, gracias a los desarrollos científicos de lo últimos años de las ciencias biomédicas y la intervención de la medicina. Queremos enfatizar entonces, que es preciso considerar en el análisis de la relación entre la medicina y la sociedad que la primera basa parte de su legitimidad social en su capacidad de intervenir eficazmente en problemas (a veces enfermedades) vinculados a la reproducción. Pasemos ahora a considerar la relación de la medicina con la sexualidad, y más especialmente las relaciones posibles de la medicina con la producción de conocimiento y prácticas en áreas donde el eje es la salud (como es el caso de la Salud Reproductiva) y no la enfermedad; donde el núcleo del trabajo es la prevención (y no la cura de enfermedades); donde la superficie de trabajo es un aspecto vital y errático (la sexualidad) y no una patología.

Salud reproductiva y medicina

Hacia fines del siglo XIX, tal como bien argumenta Loyola, la medicina en especial pero también la psicología, la sexología y la pedagogía habían adoptado algunos atributos de un nuevo sacerdocio. Estos profesionales asumieron, junto con las iglesias, la función de establecer las normas morales y sociales en torno a la sexualidad (Weeks, 1998). ¿Existe alguna sociedad, algún grupo humano, que carezca de alguna clase de parámetro sobre el bien y el mal hacer en lo referente a lo sexual? Estos parámetros existen, y hay diferentes teorías con relación a cómo se instalan y reproducen, así como, sobre los impactos que ocasionan y las formas de resistencia que se organizan ante los mismos. No es posible comprender el papel de control social que ejerce la medicina y las otras ciencias del "comportamiento sexual" sólo analizando al "emisor" de los mensajes.

Si bien con dificultad, y para evitar recaer en posiciones de relativismo cultural, es posible tal vez establecer "ventajas comparativas" de algunos modelos de control social sobre la sexualidad con relación a otros. Hay cuchillos reales que todavía amputan órganos genitales, hay cuchillos simbólicos que producen frigidez... Estas últimas sociedades "inventaron" también el imperativo del orgasmo, el psicoanálisis, en un intento tal vez, de reparar los daños.

El punto problemático, a nuestro entender, es qué tipo de relaciones pueden establecerse entre la medicina y la sexualidad. ¿Puede la medicina "atender/curar" sin "controlar"? ¿Puede la medicina abordar un objeto sin sentir una "atracción ontológica fatal" por los aspectos anómalos, inesperados, patológicos? Nuestra opinión es que esto no es en principio posible (¡ni necesario!) y por ello queremos invitar a la reflexión sobre qué papel tendría asignado la medicina en el nuevo paradigma de la Salud Reproductiva, que tiene por ejes no ya la enfermedad, sino la equidad, el género y los derechos. El enfoque de la Salud Reproductiva es esencialmente preventivo, en la medida que toda la evidencia disponible indica que son las prácticas básicas hechas con recursos adecuados, por personal entrenado y en el momento oportuno, las más eficaces para atender lo que en principio, justamente, no son aspectos patológicos sino aspectos saludables de la vida: la sexualidad y la reproducción.

¿Qué rol tendría que ocupar la medicina en este que se pretende un nuevo paradigma? ¿Cuáles son sus posibilidades, y sus límites, para comandar un campo centrado ahora en los derechos y ya no en la enfermedad? Creemos que su papel no es ya de "disciplina madre". El campo de la Salud Reproductiva es transdisciplinario tanto en lo referido a la formulación de problemas, la producción de conocimiento, la formulación de políticas públicas e incluso la implementación de acciones tanto preventivas como asistenciales. Más aún, la Salud Reproductiva es por excelencia un espacio intersectorial, difícil de imaginar sin la participación activa de amplios sectores de la sociedad. Correr a la medicina de su rol central (y por ende desmedicalizar la vida sexual y reproductiva) será tarea de la sociedad en su conjunto.

¿Y la "salud sexual"?... Oh!... ¿qué será, qué será?...

 

CHANDRA, A. & STEPHEN, E. H., 1998. Impaired fecunditiy in the United States: 1982-1995. Family Planning Perspectives, 30:156-157.

DIRECCION DE ESTADISTICAS PARA LA SALUD, 2002. Egresos Según Diagnósticos Más Frecuentes y Residencia Habitual ­ Hospitales Generales de Agudos ­ Enero y Marzo del 2002. Buenos Aires: Dirección General de Sistemas de Informaciòn en Salud, Secretaría de Salud, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

GIFFIN, K., 1994. Women's health and the privatization of fertility control in Brazil. Social Science and Medicine, 39:355-360.

LARSEN, U., 2000. Primary and secondary infertility in Sub-Saharan Africa. International Journal of Epidemiology, 29:258-291.

SCHMIDT, L.; MUNSTER, K. & HELM, P., 1995. Infertility and the seeking of infertility treatment in a representative population. British Journal of Obstetrics and Gynaecology, 102:978-984.

WEEKS, J., 1998. Sexualidad. México, DF: Paidós.

WULFF, M.; HOGBERG, U. & STENLUND, H., 1997. Infertility in an industrial setting ­ A population based study from Northern Sweden. Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, 76:673-679.

Escola Nacional de Saúde Pública Sergio Arouca, Fundação Oswaldo Cruz Rio de Janeiro - RJ - Brazil
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