La crisis política y sus repercusiones en el campo económico y social, con reflejos en la salud y en el Sistema Único de Salud brasileño (SUS), se trasladaron a los debates de la 3ª Edición del Congreso Brasileño de Política, Planificación y Gestión en Salud, realizado por la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (ABRASCO), en Natal, Estado de Rio Grande do Norte, a comienzos de mayo de 2017. La tónica de la defensa del SUS y del derecho a la salud, frente a las restricciones y amenazas a su sostenibilidad, provocadas por las reformas ultraliberales en curso en el país, tuvo eco en todos los espacios de este congreso.
La denuncia sobre el proceso de desconstrucción del SUS y de restricción de las políticas de inclusión social, perpetrado por el actual gobierno, que ha ocasionado recortes en programas y proyectos, restringiendo la financiación -vía Propuesta de Enmienda de la Constitución (PEC)- para la congelación del gasto, y manifestando su compromiso con políticas de privatización de la atención a la salud, como por ejemplo la de los “planes populares de salud”, centró los debates sobre las políticas sociales y de salud. El tema del desarrollo y las alternativas para la superación de la crisis política y social merecieron la atención de los participantes en los provechosos debates que revelaron los motivos de la crisis y los actores e intereses que estimulan el programa de reformas liberalizadoras, implementadas por el actual gobierno con el apoyo del Congreso y de los medios de comunicación hegemónicos, que promovieron la ruptura institucional interrumpiendo el mandato de la presidenta elegida en 2014.
En ese encuentro se buscó establecer nuevas relaciones entre los diferentes miembros, representantes de diversas instituciones, presentes en el Congreso, con vistas a actualizar el debate sobre los rumbos de la reforma sanitaria brasileña y organizar luchas y movilizaciones, como resistencia a las tentativas de desmantelamiento del SUS y del incipiente Sistema de Protección Social brasileño, legado de la Constitución de 1988. Esto se concretó en innumerables encuentros de áreas, reuniones de consejeros y en la reunión mantenida por el fórum de la Reforma Sanitaria que salió del Congreso con una composición más amplia y directrices para la reconstrucción de su agenda política y organizativa.
La significativa participación en el evento, que contó con más de dos mil congresistas de todos los estados de Brasil, demostró el interés de los temas sobre salud colectiva en el debate político y en la discusión en torno a la producción de conocimiento en el campo de la política, de la planificación y de la gestión en salud.
La diversidad temática del congreso fue muy oportuna para un productivo diálogo sobre cuestiones cruciales para la supervivencia y la consolidación del SUS e incluyeron temas como: la judicialización, la regionalización, la innovación científica y tecnológica, la financiación, la participación social y los modelos de gestión.
La gran polifonía entre los participantes se produjo en los espacios de comunicación de la producción científica del área y en los relatos de experiencias en el ámbito de los servicios, de la gestión y de las instancias de participación social, que revelaron las potencialidades de los sujetos en acción en la construcción cotidiana del SUS y en la producción de nuevos conocimientos y prácticas. Fueron cerca de 1.900 trabajos los presentados, tanto en sesiones de comunicación coordinadas, como en ruedas de debates en torno a los paneles de pósteres, que revelaron la potencia de la interacción dialógica en los compartimentos de los conocimientos producidos.
Incluso, en medio de la indignación y de la disposición para la resistencia se manifestaron dudas y vacilaciones acerca de los rumbos que se deben seguir y de las formas de acción para enfrentarse a un contexto adverso como el presente. El debate reveló que a los desafíos del presente se les suman los dilemas que acompañan al SUS desde su implementación, manifiestos en la agenda incompleta de la Reforma Sanitaria, en las limitaciones de la financiación, en el avance progresivo de la privatización, en las insuficiencias de la regionalización, en el incipiente cambio en las prácticas asistenciales y en la burocratización de los modelos y procesos de gestión que, sumados, producen restricciones a la calidad de la atención en el campo de la vigilancia y de la asistencia que afectan la legitimidad del SUS.
Esa conciencia crítica de los límites del proceso histórico de implementación del SUS no reniega de los importantes avances alcanzados en esos casi 30 años, no obstante, apunta la necesidad de profundizar en la reflexión sobre los equívocos del proceso, y la necesidad de que se den pasos en la producción del conocimiento del área, con vistas a potencializar la capacidad analítica y propositiva, en relación con las innovaciones necesarias en el diseño de la política, en el uso de la planificación y en la conformación de nuevas maneras de organizar y gestionar el sistema, las redes y los servicios de salud.
Este es un desafío para las instituciones académicas, para los programas de posgraduado del área, para los gestores y para las organizaciones de las que forman parte los sujetos de la salud colectiva.
Conscientes de este desafío los participantes del Congreso, a través de sus diversas manifestaciones, señalaron la necesidad de retomar la democracia, de intensificar las luchas por el derecho a la salud, de coordinarse con el conjunto de las entidades y movimientos sociales en la defensa de los derechos sociales, asegurados en la Constitución de 1988, y en la lucha contra las reformas excluyentes del actual gobierno ilegítimo.
Estos anhelos se expresaron en la Carta de Natal (https://www.abrasco.org.br/site/eventos/congresso-brasileiro-de-politica-planejamento-e-gestao-em-saude/carta-de-natal-declaracao-final-3o-congresso-de-politica/28568/, accedido el 30/May/2017) aprobada por aclamación popular en la plenaria final del Congreso, que mostró la esperanza de los participantes y su disposición para conquistar mediante la lucha y las movilizaciones colectivas el retorno de la democracia, y con esto recrear las condiciones posibilitadoras para continuar el proceso de construcción del SUS y la consolidación del derecho a la salud y de los derechos sociales, amenazados por los detentores del capital financiero predatorio y por sus ideólogos mercantiles de oligopolios mediáticos.
El país vive ahora momentos cruciales para la definición de su futuro democrático y las perspectivas de avances y de consolidación de la Reforma Sanitaria dependen de las movilizaciones proactivas y de la construcción de alternativas estratégicas de medio y largo plazo.
La lucha por la salvaguardia y la garantía de los principios constitucionales del SUS permanece en el orden del día, al mismo tiempo, urge la necesidad de integración de movimientos sociales en pro de las políticas públicas bajo la égida democrática. Se hace imprescindible la combinación de movimientos estratégicos de resistencia y salvaguardia de principios constitucionales y derechos sociales y la búsqueda de reformas democráticas en la sociedad política y en el sistema de representación de intereses.
A partir de la acción política orientada por y para el interés público, en una sociedad todavía marcada por profundas desigualdades sociales, los sujetos de la salud colectiva, una vez más, están siendo desafiados, lo que provoca su reconfiguración en comunidades de práxis, buscando la (auto)crítica motivadora y movilizadora desde una perspectiva histórica generacional. Ha llegado el tiempo de los reencuentros en los congresos y en las plazas, de reapropiación y de legitimación social de las políticas públicas que puedan garantizar derechos sociales y humanos inalienables, que puedan constituir dignidad y participación democrática, que puedan sostener el futuro del pueblo brasileño.
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03 Jul 2017