He leído en la edición del miércoles 2 de noviembre de 2016 del diario Juventud Rebelde, página 8, columnas 2-3, bajo el título "Develan la primera piedra de una etapa superior" un artículo que colmado de elogios, promesas de un gran futuro, augurios de desarrollo, nos informa sobre la construcción de una nueva fábrica de cigarrillos en la Zona de Desarrollo Especial del Mariel.
Se describe que ocupará 10,8 hectáreas, dispondrá de una avanzada tecnología y duplicará las capacidades productivas de la empresa. Se añade que la planta garantizará los más elevados estándares de cuidado medioambiental, así como "seguridad y salud del trabajo".
En el diario Granma de la misma fecha, página 2, columnas 1-4, se añade en su noticia sobre el hecho, que cuando hoy la empresa produce 4000 millones de cigarrillos la nueva planta prevé una producción de 15 000 millones, lo que dará impulso a las exportaciones a la que se destinará el 20% de lo fabricado, el resto se reservaráparael mercado nacional.
La lectura de lo citado me mueve a escribir por varias razones:
Primero: los dos textos citados son una propaganda muy bien disfrazada de noticia, que también lo es, pero donde la intención va dirigida a estimular el consumo del tabaco, en forma de cigarrillos. Los títulos de las dos crónicas proponen un excelente futuro: "Otra obra para edificar el desarrollo" (Granma) y "Develan la primera piedra de una etapa superior" (Juventud Rebelde).
Segundo: la noticia se presenta enfocada al desarrollo industrial y económico del país, batalla en la que todos estamos de acuerdo en apoyar. Pero el apoyo no puede ser a cualquier costo. En nuestra prensa se ha censurado sistemáticamente la difusión de gases de efecto invernadero a partir del uso de combustibles fósiles o la tala de bosques hasta la deforestación sin replantación.
Tercero: se comenta que este proyecto es uno de los que ya están en ejecución en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, menciona otros de gran interés que asocia al desarrollo tecnológico, lo que induce a pensar que el de la fábrica de cigarrillos es semejante.
Cuarto: se afirma que el proyecto protege el ambiente local y la salud de los trabajadores. Pero no dice que agrede la salud de los fumadores, y en el hogar o centro de trabajo a los que no fuman.
Si se producencuatro veces máscigarrillos en la nueva fábrica, se venden y se fuman, tendremoscuatro veces máscáncer de pulmón. Las madres fumadoras tendráncuatro veces máshijos con bajo peso al nacer. Ycuatro veces másproblemas cardio y cerebrovasculares. Los ejemplos se extienden a otros daños del tabaco. Tendremos miles de enfermos y centenares de defunciones por tabaquismo.
Por esto no acepto discutir sobre las ventajas económicas de la inversión anunciada. Ninguna cantidad de dinero compensa la enfermedad, la discapacidad y la muerte. Recuérdese la frase que hemos citado muchas veces del "Che" sobre el valor de la vida de un ser humano: [...] valen más, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra".
No propongo eliminar al cultivo del tabaco, ni cerrar la industria tabacalera. Pero debe adoptarse una política firme dirigida a reducir la prevalencia de fumadores en nuestra población, a prevenir la aparición de nuevos fumadores, a fortalecer el programa contra el tabaquismo extendiendo las áreas de prohibición de fumar (y hacer efectiva la prohibición) y elevar el precio de los productos de tabaco. Y sobre todo, eliminar todo tipo de propaganda favorable a su consumo, como los textos en dos importantes medios de prensa a que me he referido y cualquier otro tipo de anuncio comercial.
Es una lección no aprendida la que nos dioFidelcuando dejó de fumar. Aprendamos de su ejemplo educando consecuentemente a nuestra población, sobre todo a los jóvenes.
Fechas de Publicación
- Publicación en esta colección
Jul-Sep 2017
Histórico
- Recibido
29 Mar 2017 - Acepto
31 Mar 2017