Los procesos de migración humana son tan antiguos como la humanidad misma, principalmente ocasionados por los cambios climáticos, las guerras y las crisis económicas. Sin embargo, estos procesos se han acrecentado en la época de la globalización, la cual favorece el flujo transnacional de personas, bienes y servicios, aunque también al tiempo genera regulaciones y límites para el tránsito humano entre países. La migración puede ocurrir en condiciones armoniosas, en las que los migrantes se integran efectivamente a la sociedad receptora, fortaleciendo la diversidad cultural, la innovación y el crecimiento económico. Sin embargo, en muchos otros casos, en especial cuando la migración es "irregular", la mayoría de las personas que migran suelen tener bajos ingresos, limitadas redes sociales, así como dificultades de acceso a los servicios de salud, y a un trabajo digno; además de ser más vulnerables a la violación de sus derechos humanos, como también al estigma, la violencia física, la discriminación y la explotación sexual.
Por todo lo anterior, desde una perspectiva de Salud Global, la migración debe ser considerada como un determinante transversal de la salud, ya que constituye el contexto, las condiciones y las circunstancias en las cuáles se pueden presentar cambios en los procesos de salud enfermedad transnacionales, incluyendo entre estos: la transmisión de enfermedades infecciosas, los retos para atención de las enfermedades crónicas, la salud mental y la violencia. Adicionalmente, la integración de los migrantes plantea desafíos sociales, culturales y económicos para las sociedades receptoras, sus sistemas políticos, y en particular para los servicios de salud. Así mismo, la migración Sur-Sur, plantea lógicas diferentes a las tradicionales Sur-Norte en la que la sociedad receptora tiene siempre un alto grado de desarrollo que le permite responder mejor a las necesidades y demandas de los migrantes. En el caso de Colombia, este proceso se ha visibilizado por la diáspora masiva de migrantes desde Venezuela, que representan hoy más de un millón de personas, presentando un escenario inédito para el país, y un reto considerando que atravesamos un proceso de desfinanciamiento del sistema de salud.
En consecuencia, para la Salud Pública en Colombia es relevante estudiar los procesos migratorios principalmente con los siguientes objetivos: 1. Identificar y medir las desigualdades en salud emergentes entre migrantes y locales, y sus impactos sobre los migrantes y la sociedad receptora; 2. Analizar los retos de los sistemas de salud para la prestación de servicios; así como para la protección, mejoramiento y promoción de la salud de los migrantes; 3. Vigilar los cambios en el perfil epidemiológico subsecuentes al proceso migratorio, en especial la re-emergencia de eventos de interés en salud pública, tales como las enfermedades inmunoprevenibles, y las infecciosas en general, pero también la carga de enfermedad derivada de los déficit de atención de las enfermedades crónicas; 4. Evaluar el estado de salud mental, y en general, la vulnerabilidad psicosocial de los migrantes a problemas tales como el consumo de drogas, la violencia, la explotación sexual, y los riesgos ocupacionales; 5. Diseñar, implementar y evaluar intervenciones para mejorar la salud los migrantes, y; 6. Evaluar el impacto económico de la atención en salud a los migrantes para la generación de políticas costo-efectivas.
Todos estos procesos requieren además de la generación de Sistemas de Información en Salud que den cuenta del estado de la salud, las intervenciones y la atención de los migrantes, así como de la respuesta social, dadas sus necesidades. Por ende, la consolidación de las relaciones entre Migración Humana y Salud como un campo de estudio propio de la Salud Pública en Colombia es ahora una necesidad imperiosa que permitiría generar información para la toma de decisiones de Salud Pública basadas en evidencia, de forma multidimensional, dinámica y continua, en un marco ético transnacional de los derechos humanos y la equidad en salud pública.
Este esfuerzo debe traspasar la coyuntura actual de la migración venezolana, en un contexto mucho más amplio, que incluya el desplazamiento interno, los flujos pendulares, y en general las movilizaciones humanas, y sus relaciones con la salud, desde una perspectiva global, que permita mejorar nuestras respuestas a nivel nacional y local.
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Jul-Aug 2018