Riesgo de dependencia asociado a la salud, el apoyo social y el estilo de vida

Manuela Alcañiz Pilar Brugulat Montserrat Guillén Antonia Medina-Bustos Anna Mompart-Penina Aïda Solé-Auró Acerca de los autores

Resumen

OBJETIVO

Analizar la prevalencia de personas en riesgo de dependencia y los factores asociados.

MÉTODOS

El estudio se basó en datos de la Encuesta de Salud de Cataluña, España, realizada de 2010 a 2011. A partir de una muestra aleatoria de 3.842 individuos, de 15 años o más, se llevaron a cabo modelos de regresión logística para clasificar a los individuos según el estado de su autonomía personal. Se plantearon modelos predictivos para identificar las variables susceptibles de intervención que permitieran distinguir a los individuos dependientes de aquellos en riesgo. Se consideraron variables acerca del estado de salud, apoyo social y estilos de vida.

RESULTADOS

El 18,6% de la población presentó riesgo de dependencia, con efecto más acusado a partir de los 65 años. En comparación con este colectivo, los individuos que se declararon dependientes (11,0%) manifestaron problemas para realizar las actividades cotidianas y obtuvieron apoyo para ello. Estilos de vida, como fumar, consumir alcohol en exceso y ser sedentario se asociaron con mayor probabilidad de dependencia, en particular para las mujeres.

CONCLUSIONES

Las dificultades para llevar a cabo las actividades cotidianas preceden a la aparición de dependencia. Preservar la propia autonomía y desenvolverse sin recibir apoyo aparecen como factores protectores. La adopción de un estilo de vida activo y saludable contribuye a reducir el riesgo de dependencia.

Dependencia; Factores de Riesgo; Autonomía Personal; Estilo de Vida; Actividades Cotidianas; Envejecimiento; Modelos Logísticos


INTRODUCCIÓN

La esperanza de vida de la población de Cataluña (España) está entre las más altas del mundo. Debido al aumento de la longevidad, el porcentaje de población de mayor edad es superior al de muchos países.2020. Spijker J, Blanes A. Mortality in Catalonia in the context of the third, fourth and future phases of the epidemiological transition theory. Demogr Res. 2009;20(8):129-68. DOI:10.4054/DemRes.2009.20.8 Cataluña tenía una población de casi 7,6 millones de personas en 2011, de las que el 17,0% tenía 65 años o más y el 2,5% superaba los 85 años.aa Instituto de Estadística de Cataluña. Indicadores demográficos. Población según sexo y edad quinquenal. Barcelona (ES); 2011 [citado 2014 abr 2]. Disponible en: http://www.idescat.cat/es/poblacio/poblestructura.html Las ganancias en longevidad deberían ir acompañadas de un aumento de la calidad de vida de las personas mayores. Sin embargo, el número de personas que padecen trastornos crónicos, discapacidades y limitaciones funcionales generando situaciones de dependencia ha aumentado en cifras absolutas en las últimas décadas.11. Abellán A, Esparza C, Castejón P, Pérez J. Epidemiology of disability and dependency in old age in Spain. Gac Sanit. 2011;25(Suppl 2):5-11. DOI:10.1016/j.gaceta.2011.07.010 , 1818. Solé-Auró A, Alcañiz M. Are we living longer but less healthy? Trends in mortality and morbidity in Catalonia (Spain), 1994-2011. Eur J Ageing. 2014 in press. Además, el aumento de la esperanza de vida2222. Vidiella-Anguera A, Guillén M. Forecasting Spanish natural life expectancy. Risk Anal. 2005;25(5):1161-70. DOI:10.1111/j.1539-6924.2005.00671.x causa un impacto notable sobre la planificación de los servicios sanitarios y contribuye a multiplicar el gasto socioeconómico debido a la necesidad de cuidados de larga duración.99. de Meijer C, Koopmanschap M, d’Uva TB, van Doorslaer E. Determinants of long-term care spending: Age, time to death or disability? J Health Econ. 2011;30(2):425-38. DOI:10.1016/j.jhealeco.2010.12.010 , 1919. Solé-Auró A, Guillén M, Crimmins EM. Health care usage among immigrants and native-born elderly populations in eleven European countries: results from SHARE. Eur J Health Econ. 2012;13(6)741-54. DOI:10.1007/s10198-011-0327-x Un análisis profundo de la situación puede advertirnos de las tendencias que presenta un fenómeno de enorme complejidad como es el envejecimiento y su relación con el estado de salud. Sin embargo, se dispone de escasa información poblacional sobre la vinculación de los trastornos que afectan a la autonomía personal con el estado de salud, el uso de servicios sanitarios y los estilos de vida. Este conocimiento resulta fundamental para la previsión de una respuesta social y sanitaria óptima, que posibilite incrementos de la longevidad con calidad de vida.

Este estudio tiene como objetivo analizar la prevalencia de personas en riesgo de dependencia y los factores asociados.

Se describe cuál es el alcance de la dependencia en la población residente en Cataluña en el bienio 2010-2011, y se identifican las variables que se asocian a la falta de autonomía personal. A continuación, se identifican los individuos con elevada probabilidad de ver mermadas sus capacidades hasta el punto de requerir la ayuda de otras personas para desenvolverse en su vida cotidiana. Mediante modelos de regresión logística, se determinan algunas variables que discriminan la población dependiente de la que está en riesgo. Se trata de indicadores predictivos, modificables mediante intervención asistencial o actuaciones preventivas, cuyo control puede posponer o evitar la necesidad de recibir cuidados.

MÉTODOS

Los datos del estudio proceden de la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA) 2010-2011.bb Departamento de Salud, Generalitat de Catalunya. Encuesta de Salud de Cataluña, 2010-2014. Ficha técnica. Barcelona (ES); 2014 [citado 2014 abr 5]. Disponible en: http://www20.gencat.cat/docs/salut/Home/El%20Departament/Indicadors%20de%20salut/Enquestes/02_enquesta_catalunya_continua/fitxatecnica_esca.pdf Se trata de una encuesta oficial de periodicidad semestral, prevista en el Plan Estadístico de Cataluña vigentecc Parlamento de Cataluña (ES). Ley 13/2010, de 21 de mayo, del Plan Estadístico de Cataluña 2011-2014. DOGC. 28 Mayo 2010. y que respeta todos los principios del Código de Buenas Prácticas de las Estadísticas Europeas.dd Eurostat. European Statistics Code of Practice. Luxembourg: Eurostat Publications Office; 2011. Se seleccionaron alrededor de 2.500 individuos no institucionalizados y residentes en Cataluña en cada oleada muestral. Se realizó una entrevista mediante cuestionario estructurado asistido por ordenador. La entrevista fue personal, y se realizó, a través de un informador indirecto en caso de que la persona no pudiera contestar por edad o incapacidad.

La recogida de datos de la ESCA se inició en el segundo semestre de 2010. Las entrevistas realizadas en ese período, sumadas a las llevadas a cabo en el primer semestre de 2011, permitieron disponer de una muestra de 4.873 individuos. Dicha muestra incluyó 3.842 personas (1.918 hombres y 1.924 mujeres) de 15 años y más, de las cuales 913 eran > 65 años. El 2,9% de las respuestas procedieron de un informador indirecto. El bloque básico de preguntas recababa información sobre estado de salud, uso de servicios sanitarios, consumo de medicamentos, hábitos saludables, limitación de actividades y caracterización sociodemográfica de la población. Se prestó especial atención a los temas relacionados con las personas mayores, a su autonomía personal y al apoyo social que reciben, en los módulos complementarios que se utilizaron en los dos semestres citados.

En Europa, ha habido un esfuerzo en los últimos años por unificar el vocabulario y concretar las definiciones de los conceptos relacionados con la salud y la autonomía personal. Las definiciones de estos términos, utilizadas en este trabajo, se basaron en las recomendaciones del Consejo de Europaee Consejo de Europa. Recomendación 98 de 9 del Comité de Ministros a los Estados miembros relativa a la dependencia, 1998 [citado 2014 abr 6]. Disponible en: http://sid.usal.es/idocs/F3/LYN10476/3-10476.pdf y de la Organización Mundial de la Salud.ff Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, 2001. Geneva; 2001 [citado 2014 abr 6]. Disponible en: http://www.imserso.es/InterPresent2/groups /imserso/documents/binario/435cif.pdf

Dependencia es el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra/otras personas o ayudas importantes para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Autonomía es la capacidad de controlar, afrontar y tomar decisiones personales por propia iniciativa acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias, así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. A raíz de una lesión accidental es posible perder la autonomía personal de forma repentina, si bien normalmente la pérdida es paulatina. Se tratarán como sinónimos población dependiente y población con falta de autonomía personal.

La variable que utiliza la ESCA para valorar si existe falta de autonomía personal se basa en la percepción de la propia persona (o informador indirecto) sobre cuál es la gravedad de sus limitaciones o la necesidad de ayuda que requiere. Se pregunta si “a causa de un problema de salud, la persona necesita la ayuda o la compañía de otras personas para realizar las actividades habituales de la vida cotidiana”, ya sea regularmente o bien de forma ocasional. Se la considera dependiente en caso de respuesta afirmativa. Estudios epidemiológicos y clínicos utilizan valoraciones subjetivas de la dependencia similares,1313. Hoogendijk EO, Muntinga ME, van Leeuwen KM, van der Horst HE, Deeg DJH, Hermsen LAH, et al. Self-perceived met and unmet care needs of frail older adults in primary care. Arch Gerontol Geriat. 2014;58(1):37-42. DOI:10.1016/j.archger.2013.09.001 dado que no parece existir gran divergencia entre la autopercepción de la necesidad de cuidados y la situación objetiva.1414. Merrill SS, Seeman TE, Kasl SV, Berkman LF. Gender differences in the comparison of self-reported disability and performance measures. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 1997;52(1):M19-26. DOI:10.1093/gerona/52A.1.M19

Cualquier análisis estadístico basado en datos primarios de la ESCA requiere considerar su diseño muestral complejo. Ello implica la necesidad de: (i) usar ponderaciones que asignen a cada individuo el peso que le corresponde en la población, según su sexo, grupo de edad y región sanitaria; (ii) tener en cuenta la combinación de estratos y clústers en el cálculo de los errores estándar de los estimadores.22. Alcañiz-Zanón M, Mompart-Penina A, Guillén-Estany M, Medina-Bustos A, Aragay-Barbany JM, Brugulat-Guiteras P, et al. Nuevo diseño de la Encuesta de Salud de Cataluña (2010-2014): un paso adelante en planificación y evaluación sanitaria. Gac Sanit. 2014;28(4):338-340. DOI:10.1016/j.gaceta.2013.12.004 , 88. Da Silva NN, Roncalli AG. Sampling plan, weighting process and design effects of the Brazilian Oral Health Survey. Rev Saude Publica. 2013;47(Suppl 3):3-11. DOI:10.1590/S0034-8910.2013047004362 Se ha utilizado el procedimiento SURVEYFREQ de SAS 9.2. (SAS Institute Inc., 2009).

La población en riesgo de dependencia fue detectada y caracterizada (Figura). Tras presentar un análisis de las prevalencias de dependencia para las variables incluidas en el estudio (Tabla 1), se propuso un modelo de regresión logística binaria para cada sexo (Figura, Modelo 1). El modelo explica la presencia o ausencia de dependencia en la población catalana ≥ 15 años. Se incluyeron como variables explicativas: grupo de edad (15 a 44 años, 45 a 64 años, 65 a 74 años, 75 a 84 años, y ≥ 85 años ), nivel de estudios (primarios o sin estudios, secundarios y universitarios), visitas a urgencias (haber acudido al servicio de urgencias en el año previo a la entrevista), hospitalización (haber sido hospitalizado al menos una vez durante los 12 meses anteriores a la entrevista) y consumo de medicamentos (haber tomado algún medicamento en los dos días previos a la entrevista).

Figura
Detección y caracterización de la población en riesgo de dependencia. Cataluña, España, 2010 a 2011.

Tabla 1
Prevalencia de dependencia por sexo. Cataluña, España, 2010 a 2011.

El Modelo 1 permite clasificar a los individuos según su probabilidad de pérdida de autonomía personal. Si esa probabilidad supera un cierto umbral, el modelo predecirá que el individuo es dependiente. Con objeto de lograr una correcta clasificación, se buscó qué punto de corte maximiza el índice de Youden, que es la suma de la sensibilidad y la especificidad del modelo menos una unidad.1616. Perkins NJ, Schisterman EF. The Youden index and the optimal cut-point corrected for measurement error. Biom J. 2005;47(4):428-41. DOI:10.1002/bimj.200410133 Dicho valor minimiza simultáneamente el número de falsos positivos y de falsos negativos, y hace máxima el área bajo la curva ROC,2525. Youden WJ. An index for rating diagnostic tests. Cancer. 1950;3(1):32-5. DOI:10.1002/1097-0142(1950)3:1<32::AID-CNCR2820030106>3.0.CO;2-3
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garantizando el mayor número de individuos bien clasificados. Un individuo está en riesgo si la probabilidad de dependencia que le asigna el modelo es > 9,0% para los hombres y > 13,0% para las mujeres. A través de la clasificación que llevan a cabo los modelos logísticos, se consigue cuantificar de forma conservadora el volumen de población que, manteniendo aún su autonomía personal, comparte características objetivables con los individuos dependientes (Figura). Por tanto, se encuentra en riesgo de llegar a una situación de dependencia.

Para averiguar qué factores modificables protegen a estos individuos no dependientes del deterioro de sus funciones, se estimó un segundo modelo de regresión logística, cuya variable respuesta recoge si el individuo es efectivamente dependiente o si no lo es, pero está en riesgo (Figura, Modelo 2). Se distinguieron dos grupos de edad, según la persona estuviera por encima o por debajo de los 65 años, edad habitual a la que finaliza la vida laboral en España. Variables referentes al estado de salud, el apoyo social y los estilos de vida se incorporaron como explicativas en el Modelo 2: presencia de problemas para caminar, lavarse o vestirse, realizar actividades cotidianas, tener dolor o malestar, o estar ansioso o deprimido (dimensiones del EQ-5D, instrumento multidimensional estandarizado que mide la calidad de vida en relación a la salud a través de las 5 variables citadas);1010. EuroQol Group. EuroQol - A new facility for the measurement of health-related quality of life. Health Policy. 1990;16(3):199-208. DOI:10.1016/0168-8510(90)90421-9 , 1717. Rabin R, de Charro F. EQ-5D: a measure of health status from the EuroQol Group. Ann Med. 2001;33(5):337-43. DOI:10.3109/07853890109002087 autopercepción de algún trastorno crónico de entre una relación de 33 posibles trastornos; recibir apoyo social de tipo afectivo, es decir, ser objeto de expresiones de amor y empatía (puntuación de un total de cuatro variables del cuestionario de Duke-UNC-11) o de tipo confidencial, es decir, contar con otras personas para comunicarse, recibir información y consejo, o compartir inquietudes (7 variables);55. Broadhead WE, Gelhbach SH, Degruy FV, Kaplan BH. The Duke-UNC Functional Social Support Questionnaire - Measurement of social support in family medicine patients. Med Care. 1988;26(7):709-23. DOI:10.1097/00005650-198807000-00006 recibir apoyo en actividades cotidianas; consumo de alcohol (bebedor de riesgo, frente a no bebedor o bebedor moderado);77. Colom J, Contel M, Segura L, Gual A. Intervención en poblaciones de riesgo (2): los bebedores de riesgo. Adicciones. 2002;14(Suppl 1):375-85. consumo de tabaco (fumador, frente a ex-fumador o no fumador) y sedentarismo (estar sentado la mayor parte de la jornada, frente a realizar un mínimo de actividad física).

RESULTADOS

El 7,7% de los hombres y el 14,1% de las mujeres ≥ 15 años declararon ser dependientes, ya que requerían ayuda en sus actividades diarias (Tabla 1). El porcentaje de dependientes se incrementó rápidamente con la edad, y la prevalencia para las mujeres fue significativamente superior a la de los hombres entre los 65 y los 84 años. Se observaron mayores porcentajes de dependencia en los grupos de educación inferior, con mayor prevalencia en las mujeres, excepto para el grupo con estudios universitarios. Los dependientes, y especialmente las mujeres, acudieron a urgencias con mayor frecuencia que la población no dependiente. Más del 27,0% de la población hospitalizada sufrió esta condición, sin que existiesen diferencias significativas por sexo. El consumo de medicamentos, la movilidad limitada, el dolor, la ansiedad o depresión y la autopercepción de sufrir algún trastorno crónico se asociaron a la dependencia, con mayor intensidad en el sexo femenino. Cuando el apoyo social fue bajo o cuando se recibió soporte en las actividades cotidianas, la propensión a la dependencia fue más elevada para ambos sexos. El sedentarismo se asoció con la dependencia (18,2% y 29,0%, para hombres y mujeres, respectivamente). Los porcentajes de población fumadora o bebedora de riesgo fueron inferiores entre los dependientes en comparación con a la población general.

Las personas dependientes, respecto a las que no lo eran, mostraron edades avanzadas (OR = 2,9 / OR = 12,7 y OR = 13,1 / OR = 55,4, respectivamente, para hombres y mujeres de 75 años a 84 años/ ≥ 85 años), menor nivel de estudios (OR = 0,5 para estudios secundarios o universitarios), habían sido hospitalizadas en los últimos 12 meses (OR = 3,5 para hombres y OR = 2,3 para mujeres), y habían tomado medicamentos en los dos últimos días (OR = 2,2 para hombres y OR = 3,5 para mujeres) (Modelo 1; Tabla 2). El uso de los servicios de urgencias solo discriminó en el caso de las mujeres (OR = 2,2).

Tabla 2
Regresión logística para la presencia de dependencia por sexo (odds-ratios). Cataluña, España, 2010 a 2011.

Cerca de 702.000 individuos ≥ 15 años declararon tener dependencia en Cataluña en el bienio 2010 a 2011 (11,0% de la población total) (Tabla 3). Las personas que no presentaron pérdida de autonomía, a pesar de que el modelo les asignaba riesgo significativo, casi 1,2 millones de personas (18,6% de la población), fueron aquellas que corrían peligro de ver mermadas sus capacidades hasta perder su autonomía personal, ya que compartían características con la población que ya requería ayuda (Figura). Por otro lado, más de 4,5 millones de personas no presentaron dependencia ni estuvieron en riesgo.

Tabla 3
Población estimada (miles de personas) según la presencia o riesgo de dependencia, por grupos de edad y sexo. Cataluña, España, 2010 a 2011.

El riesgo de dependencia fue mayor para los individuos que superaban los 65 años y que, por tanto, ya habían finalizado su vida laboral. El 55,7% compartieron características con los individuos ya dependientes. Las diferencias entre sexos fueron importantes a partir de los 65 años: el 40,0% de las mujeres y poco más del 20,0% de los hombres declararon necesitar ayuda; el 2,2% de las mujeres de 65 años o más estuvieron libres de riesgo, frente al 25,7% de los hombres. La situación fue más favorable para los menores de 65 años: el 9,5% tuvieron riesgo de dependencia, mientras que un 5,8% declararon que padecían falta de autonomía personal, sin que existiesen diferencias significativas entre hombres y mujeres.

Variables del cuestionario EQ-5D se vincularon a la presencia de deterioro físico y mental. La presencia de problemas para caminar fue un rasgo diferencial entre los individuos que tenían dependencia establecida y los que estaban en riesgo de adquirirla. Estos problemas para desplazarse aparecieron antes en los varones (OR = 3,7; de 15 a 64 años), que en las mujeres, quienes mostraron OR significativa (2,9) a partir de los 65 años. Los hombres que se declararon dependientes manifestaron más problemas para lavarse y vestirse (OR = 5,1; a partir de los 65 años); no existió asociación para las mujeres.

Las dificultades para realizar actividades cotidianas incrementaron significativamente la probabilidad de declararse dependiente (OR = 2,7 y OR = 3,2 para hombres y mujeres, respectivamente), con valor especialmente alto para las mujeres de 15 a 64 años (OR = 6,9). La población dependiente más joven sufrió mayor dolor o malestar que su población de riesgo (OR = 2,0 en hombres y OR = 2,4 en mujeres), sin que hubiera diferencias para los más mayores. Solo a partir de los 65 años las mujeres dependientes padecieron más ansiedad o depresión que su población de riesgo (OR = 2,0).

La autopercepción de algún trastorno crónico se asoció con la presencia de dependencia (OR = 2,7). El apoyo social afectivo se relacionó con la presencia de dependencia en ambos sexos. Así como los hombres dependientes recibieron menos expresiones de amor y empatía que sus congéneres en riesgo (OR = 0,9), las mujeres recibieron más (OR = 1,1), sin diferencias significativas por grupos de edad, excepto para los varones de 15 a 64 años (OR = 0,8). El apoyo social de tipo confidencial influyó significativamente en las mujeres mayores, quienes recibieron menos apoyo que su correspondiente población de riesgo (OR = 0,9). El hecho de recibir apoyo en actividades cotidianas se asoció intensamente con situaciones ya consolidadas de falta de autonomía personal en todas las edades (OR = 11,7 para los hombres y OR = 11,3 para las mujeres) (Modelo 2; Tabla 4).

Tabla 4
Modelos de regresión logística para explicar las diferencias entre la población que declara dependencia y su respectiva población en riesgo (odds-ratios), por grupos de edad y sexo. Cataluña, España, 2010 a 2011.

Los tres factores de riesgo considerados, alcohol, tabaco y sedentarismo, discriminaron a la población dependiente de aquella en riesgo, sobre todo para el sexo femenino (OR = 2,2 para el hábito de fumar; OR = 12,2 para bebedores de riesgo, y OR = 3,4 para sedentarismo). Las mujeres entre 15 y 64 años presentaron asociación intensa entre dependencia y consumo excesivo de alcohol (OR = 24,4). No se observaron diferencias relevantes en cuanto a consumo de tabaco ni de alcohol en los hombres. Los dependientes fueron más sedentarios que su población de riesgo entre los 15 y los 64 años (OR = 1,9).

DISCUSIÓN

Un porcentaje significativo de la población catalana de 15 años o más está en riesgo de dependencia, si bien bien la necesidad de apoyo aún no se ha manifestado. Dicha condición afecta casi a 1/5 de la población, mientras que el 25,7% de los varones y el 2,2% de las mujeres se pueden considerar en bajo riesgo de dependencia a partir de los 65 años. Las mujeres aparecen como el colectivo más vulnerable al envejecimiento, al tiempo que son las más longevas, en línea con otros estudios.2424. Yong V, Saito Y, Chan A. Gender differences in health and health expectancies of older adults in Singapore: an examination of diseases, impairments, and functional disabilities. J Cross Cult Gerontol. 2011;26(2):189-203. DOI:10.1007/s10823-011-9143-0

La condición de dependiente está fuertemente asociada con mayor uso de los servicios sanitarios – visitas a urgencias y hospitalizaciones – y elevado consumo de fármacos en ambos sexos, especialmente en las mujeres. La sanidad en España tiene carácter público. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad asignó un 61,0% de su crédito al Programa de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia en 2014.gg Gobierno de España. Ley 22/2013, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2014. BOE. 26 dic 2013. Así, los costes que genera la salud, incluyendo los relacionados con los cuidados de larga duración, suponen una partida muy significativa del presupuesto de dicho Ministerio.

La dependencia de los varones se inicia con problemas para caminar, dolor o malestar, bajo apoyo social afectivo y sedentarismo. Si dicha conjunción de factores no se detecta y se modifica a tiempo, el individuo en riesgo emprenderá un progresivo declive hacia la pérdida de autonomía a partir de los 65 años. Su evolución clínica podría incluir mayor dificultad para llevar a cabo su aseo personal y realizar las actividades cotidianas, limitación que se ha asociado a un estado severo de dependencia.1111. Gispert R, Clot-Razquin G, Rivero A, Freitas A, Ruiz-Ramos M, Ruiz C, et al. Dependence profile in Spain: an analysis from the disability survey of 1999. Rev Esp Salud Publica. 2008;82(6):653-65. DOI:10.1590/S1135-57272008000600006 Además, se espera que sufra mayor número de enfermedades crónicas y que tenga que buscar el apoyo de cuidadores para desenvolverse en su día a día. El profesional sanitario debe estar atento a los síntomas que preceden a la aparición de la dependencia. Mejorar su movilidad será de especial importancia para que la persona pueda adoptar un estilo de vida más activo. La posibilidad de desplazarse sin sentir dolor le permitirá al tiempo aumentar su interacción social, buscando el apoyo afectivo que necesita para sentirse bien.

De la misma forma, la presencia de problemas para realizar actividades cotidianas, como trabajar o llevar a cabo las tareas del hogar, y el sentir dolor o malestar son factores de detección temprana de riesgo de dependencia en la población femenina. Un elemento muy revelador, que no se observa en los hombres, es el consumo excesivo de alcohol. Si bien la ingesta moderada de alcohol tiene efectos beneficiosos para el sistema cardiovascular y para las funciones cognitivas en las personas mayores,1212. Hogenkamp PS, Benedict C, Sjogren P, Kilander L, Lind L, Schioth HB. Late-life alcohol consumption and cognitive function in elderly men. Age. 2014;36(1):243-9. DOI:10.1007/s11357-013-9538-7 su consumo de riesgo se asocia intensamente a la dependencia en las mujeres entre 15 y 64 años. La moderación en el consumo de bebidas alcohólicas puede ser un factor relevante para frenar la pérdida de autonomía personal. Si esta termina instaurándose, la mujer dependiente acusará una disminución significativa en su calidad de vida en relación a la salud a partir de los 65 años: adoptará un estilo de vida sedentario, lo que conlleva debilidad muscular en las piernas y riesgo de caídas2323. Volkers KM, de Kieviet JF, Wittingen HP, Scherder EJ. Lower limb muscle strength (LLMS): Why sedentary life should never start? A review. Arch Gerontol Geriat. 2012;54(3):399-414. DOI:10.1016/j.archger.2011.04.018 así como, reducción de la movilidad;1515. Peeters G, Lips P, Brown WJ. Changes in physical functioning over 6 years in older women: effects of sitting time and physical activity. Eur J Ageing. 2014;11(3):205-12. DOI:10.1007/s10433-013-0300-x sufrirá ansiedad o depresión; acusará una baja frecuencia de contactos sociales, y requerirá de terceros para su atención y cuidado.

No se dispone de datos actuales sobre personas institucionalizadas. Se trata de un colectivo extremadamente frágil, cuya inclusión causaría incrementos en la prevalencia de los trastornos estudiados, sobre todo en edades avanzadas, como mostraba la Encuesta de Salud a la Población Institucionalizada de Cataluña (ESPI), en 2006.hh Departament de Salut, Generalitat de Catalunya. Enquesta de Salut a la població institucionalitzada de Catalunya, 2006. Residències i centres de llarga estada. Barcelona (ES); 2006 [citado 2014 abr 15]. Disponible en: http://www20.gencat.cat/docs/canalsalut/Home%20Canal%20Salut/Professionals/Temes_de_salut/Gent_gran/documents/espi_cat_65.pdf Por otro lado, como la ESCA no ofrece información sobre la severidad de la dependencia, esta no ha sido tenida en cuenta, como sí hacen otros autores33. Alegre A, Ayuso M, Guillén M, Monteverde M, Pociello E. Tasa de dependencia de la población española no institucionalizada y criterios de valoración de la severidad. Rev Esp Salud Publica. 2005;79(3):351-63. DOI:10.1590/S1135-57272005000300004 partiendo de fuentes sobre discapacidad más específicas.

A pesar de estas limitaciones, este estudio muestra resultados que permiten identificar los factores de riesgo a los que prestar atención para retrasar la aparición de la dependencia: la identificación de estos indicios precoces para cada sexo resulta fundamental para frenar a tiempo el declive funcional44. Alexandre TS, Corona LP, Nunes DP, Ferreira JL, Oliveira YA, Lebrao ML. Gender differences in incidence and determinants of disability in activities of daily living among elderly individuals: SABE study. Arch Gerontol Geriat. 2012;55(2):431-7. DOI:10.1016/j.archger.2012.04.001 y el desamparo social que sufren los individuos en riesgo.2121. Stuck AE, Walthert JM, Nikolaus T, Bula CJ, Hohmann C, Beck JC. Risk factors for functional status decline in community living elderly people: a systematic literature review. Soc Sci Med. 1999;48(4):445-69. DOI:10.1016/S0277-9536(98)00370-0 La adecuada planificación de estrategias preventivas es una vía eficaz para preservar la salud y la autonomía de las personas mayores,66. Clark F, Jackson J, Carlson M, Chou CP, Cherry BJ, Jordan-Marsh M, et al. Effectiveness of a lifestyle intervention in promoting the well-being of independently living older people: results of the Well Elderly 2 Randomised Controlled Trial. J Epidemiol Community Health. 2012;66(9):782-90. DOI:10.1136/jech.2009.099754 sin incurrir en costes sociosanitarios difíciles de sobrellevar. Las políticas sanitarias deben utilizarse como herramientas protectoras que faciliten un envejecimiento saludable con más años de calidad de vida para todos los grupos de población.

Referencias bibliográficas

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    26 Mayo 2015

Histórico

  • Recibido
    19 Mayo 2014
  • Acepto
    20 Oct 2014
Faculdade de Saúde Pública da Universidade de São Paulo São Paulo - SP - Brazil
E-mail: revsp@org.usp.br