Resúmenes
Introducción:
Se trata de una investigación antropológica que analiza los contextos socioambientales en una localidad del Chaco-Salteno argentino con altos niveles de prevalencia en geohelmintiasis.
Objetivos:
Describir y analizar los contextos socioambientales, las condiciones sanitarias y habitacionales y las percepciones de riesgo de la población afectada.
Método:
Se disenó a partir de un análisis crítico no exhaustivo de literatura epidemiológica sobre infestaciones parasitarias en territorio argentino. Se integraron técnicas cuantitativas (cuestionario semiestructurado sobre cuestiones habitacionales en una muestra no probabilística) y cualitativas (entrevistas en profundidad a informantes claves y observación participante en actividades laborales, domésticas y espacios de atención a la salud).
Resultados:
la distribución de la tierra, los espacios a habitar, el acceso a agua potable y a las instalaciones sanitarias están vinculadas a las condiciones laborales. La población paciente realiza estrategias para el abastecimiento de agua y negocia la exposición a riesgos sanitarios.
Conclusiones:
El enfoque etnográfico provee información detallada sobre las prácticas sanitarias y la construcción local de los riesgos, asociada al género y la edad de la población afectada. El abordaje de las dimensiones sociales, económicas y físicas de los suelos, permite problematizar las concepciones de salud y ambiente que se utilizan para explicar los procesos de infestaciones por geohelmintiasis.
Geohelmintiasis; Etnografia; Condiciones Laborales
Introducción
Las parasitosis intestinales provocadas por geohelmintos constituyen un problema de salud pública. Estas infecciones son una importante causa de morbilidad y mortalidad entre las poblaciones empobrecidas de los países en desarrollo (Socías et al., 2014SOCÍAS, M. E. et al. Geohelmintiasis en la Argentina: una revision sistemática. Medicina, Buenos Aires, v. 74, n. 1, p. 29-36, 2014.). Tal como expresa su nombre, los geo (tierra)-helmintos (gusanos) - entre los que se encuentran Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Strongyloides stercoralis y miembros de la familia Ancylostomidae-son parásitos cuyo ciclo de vida requiere necesariamente un tránsito por suelos y cuyo modo de transmisión implica la contaminación humana con huevos o larvas que viven en ellos gracias a determinadas condiciones de humedad, temperatura y arcillosidad (Pierangeli et al., 2003PIERANGELI, N. B. et al. Estacionalidad de parásitos intestinales en suelos periurbanos de la ciudad de Neuquén, Patagonia, Argentina. Tropical Medical & International Health, Oxford, n. 8, p. 259-263, 2003.). Se estima que entre el 10 y el 20% de la población de América Latina padece de alguno de estos parásitos, que generan patologias gastrointestinales severas y pueden afectar el correcto crecimiento y desarrollo de los ninos (Matzkin et al., 2001MATZKIN, R. J. et al. Parasitosis entéricas en una población escolar periurbana de Resistencia, Chaco, Argentina. Revista Científica, Resistencia, v. 1, n. 1, p. 25-37, 2001.; Taranto et al., 2003TARANTO, N. J. et al. Clinical status and parasitic infection in a Wichi Aboriginal community in Salta, Argentina. Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, Oxford, n. 97, p. 554-558, Oct. 2003.). A pesar de su importancia a nivel educativo, económico y de salud pública, estas infecciones se encuentran ampliamente ignoradas, dentro del grupo de las Enfermedades Tropicales Olvidadas (Bethoni; Brooker; Albonico, 2006BETHONY, J.; BROOKER, S.; ALBONICO, M. Soil-transmitted helminth infections: ascariasis, trichuriasis, and hookworm. Lancet, London, v. 10, n. 367, p. 1521-1532, 2006.).
Los procesos de infestación parasitaria por geohelmintos representan un desafio para la actividad cientifica, ya que si bien se afirman los efectos negativos sobre la salud, su morbilidad es muy difícil de medir (Pezzani et al., 1996PEZZANI, B. C. et al. Estudio de las infecciones por enteroparasitosis en una comunidad periurbana de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Boletín Chileno de Parasitologia, Santiago de Chile, n. 51, p. 42-45, 1996.). Para que una infestación parasitaria sea posible, deben coincidir los factores climáticos - altas temperaturas y humedad - junto con deficientes sistemas sanitarios y de manejo de desechos, asi como también hábitos inadecuados de higiene (Costamagna et al., 2002COSTAMAGNA, S. R. et al. Epidemiología de las parasitosis en Bahía Blanca (Provincia de Buenos Aires) Argentina - 1994/1999. Parasitología Latinoamericana, Santiago de Chile, v. 57, n. 3/4, p. 103-110, 2002.; Menghi et al., 2007MENGHI, C. I. et al. Investigación de parásitos intestinales en una comunidad aborigen de la provincia de Salta. Medicina, Buenos Aires, v. 67, n. 6, p. 705-708, 2007.; Milano; Oscherov, 2002MILANO, A. M. F.; OSCHEROV, E. B. Contaminación por parásitos caninos de importancia zoonótica en playas de la ciudad de Corrientes, Argentina. Parasitologia Latinoamericana, Buenos Aires, v. 57, n. 3/4, p. 119-123, 2002. Disponível em: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-77122002000300006&lng=es&nrm=iso>. Acesso em: 24 dez. 2013.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=s... ). Si bien existen investigaciones que proponen abordar la problemática de modo integral, considerando la complejidad de la relación hospedador, huésped y ambiente (Navone et al., 2006NAVONE, G. T. et al. Parasitosis intestinales en poblaciones Mbya-Guarani de la provincia de Misiones: aspectos epidemiológicos y nutricionales. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, n. 22, p. 109-118, 2006.) no se han encontrado trabajos que propongan la relación de estos elementos con los múltiples factores que han operado sobre las poblaciones a lo largo del tiempo (Sy, 2009SY, A. Una revision de los estudios en torno a enfermedades gastrointestinales: en busca de nuevas alternativas para el análisis de los procesos de salud-enfermedad. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 1, p. 49-62, 2009.).
Partiendo de la premisa de que los procesos de infestación parasitaria no tienen una única causa, que los determinantes que las producen son múltiples y pertenecen a distintos niveles de organización (Redpaith; Allotey; Pokherl, 2011REDPAITH, D.; ALLOTEY, P.; POKHERL, S. Social sciences research in neglected tropical diseases 2: a bibliographic analysis. Health Research Policy and Systems, London, n. 9, p. 22-45, 2011.) realizamos una investigación antropológica en el departamento de Orán, ubicado en la provincia argentina de Salta. La zona rural de dicho departamento es un enclave económico (Rodríguez, 2009) cuya población posee elevados niveles de prevalencias en diversas geohelmintiasis (Taranto, 1993TARANTO, N. J. Prevalence of Strongyloides Stercoralis infection in childhood: Oran, Salta, Argentina. Boletin Chileno de Parasitología, Santiago de Chile, v. 48, n. 3/4, p. 49-51, 1993.; Taranto et al., 2003TARANTO, N. J. et al. Clinical status and parasitic infection in a Wichi Aboriginal community in Salta, Argentina. Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, Oxford, n. 97, p. 554-558, Oct. 2003.; Kroliewiecki et al., 2009KROLEWIECKI, A. J. et al. Evaluation of new serologic techniques for the diagnosis of Strongyloides stercoralis infections. American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, Washington, DC, v. 81, n. 5, p. 89, 2009. Supplement 1.). A través de las herramientas teóricas de la eco-epidemiología (Susser and Susser, 1996SUSSER AND SUSSER, E. Chosing a future for epidemiology: from black box to Chinese boxes and eco-epidemiology. American Journal of Public Health, Washington, DC, v. 86, p. 674-677, 1996.) y la antropología médica crítica (Menéndez, 2005MENÉNDEZ, E. El modelo médico y la salud de los trabajadores. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 1, n. 1, p. 9-32, 2005.; Suárez; Beltran; Sánchez, 2006SUÁREZ, R.; BELTRAN, E. M.; SÁNCHEZ, T. El sentido del riesgo desde la antropologia médica: consonancias y disonancias con la salud pública en dos enfermedades transmisibles. Antípoda, Bogotá, n. 3, p. 123-154, jul./dic. 2006.) analizamos la problemática de la infestación parasitaria articulando la actividad económica de la zona con las condiciones de vida de sus habitantes. Se describen los contextos socioambientales, las condiciones habitacionales y sanitarias y las percepciones de riesgo de la población local.
La comprensión del ambiente y la salud
Las infestaciones parasitarias comprometen el centro de la cotidianeidad de las personas, organizando parámetros e imágenes en la subjetividad de ellas (Menéndez, 2005MENÉNDEZ, E. El modelo médico y la salud de los trabajadores. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 1, n. 1, p. 9-32, 2005.). Los contextos ecológicos, socioculturales y económicos donde transcurre la vida de los sujetos/pacientes, tienen la cualidad de poder promover o debilitar la emergencia de una enfermedad (Suárez; Beltran; Sánchez, 2006SUÁREZ, R.; BELTRAN, E. M.; SÁNCHEZ, T. El sentido del riesgo desde la antropologia médica: consonancias y disonancias con la salud pública en dos enfermedades transmisibles. Antípoda, Bogotá, n. 3, p. 123-154, jul./dic. 2006.). Los estudios epidemiológicos analizan los elementos del entorno, identificando qué aspectos de la vida cotidiana significan una amenaza para la salud de las personas en términos de exposición al riesgo o hábitos de riesgo. El riesgo emerge entonces como un dispositivo metodológico que permite elaborar mapas descriptivos de una situación sanitaria, enfocándose en las prácticas de la población paciente que contribuyen a la probabilidad positiva de contraer una enfermedad (Almeida Filho; Castiel; Ayres, 2009ALMEIDA FILHO, N.; CASTIEL, L. D.; AYRES, J. R. Riesgo: concepto básico en epidemiología. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 3, p. 323-344, 2009., p. 325) pero "no permite comprender el rol que dichos aspectos tienen en el mapa de significado de la comunidad" (Suárez; Beltran; Sánchez, 2006SUÁREZ, R.; BELTRAN, E. M.; SÁNCHEZ, T. El sentido del riesgo desde la antropologia médica: consonancias y disonancias con la salud pública en dos enfermedades transmisibles. Antípoda, Bogotá, n. 3, p. 123-154, jul./dic. 2006., p. 131). Por su parte, el constructivismo social sostiene que las personas aprehenden el sentido del riesgo anclándolo a ideas previas que tienen ya una significación cultural elaborada (Joffe, 2003JOFFE, H. Risk: from perception to social representation. British Journal of Social Psychology, London, v. 10, n. 43, p. 55-73, 2003.). La categoría de riesgo se utiliza desde este enfoque como una herramienta metodológica que comprende significados e intereses propios del contexto y permite deconstruir la racionalidad que sustenta la lógica del paciente.
En este sentido, la ecoepidemiología otorga un marco epistemológico para comprender las interacciones entre las prácticas humanas y el ambiente, ya que sostiene que el entorno debe ser definido desde sus aspectos sociales y físicos (Susser and Susser, 1996SUSSER AND SUSSER, E. Chosing a future for epidemiology: from black box to Chinese boxes and eco-epidemiology. American Journal of Public Health, Washington, DC, v. 86, p. 674-677, 1996.). Así pues, Ingold (1993)INGOLD, T. The temporality of landscape. World Archaeology, London, v. 25, n. 2, p. 152-174, 1993. explica que el ambiente constituye una representación elaborada por las personas, que regula comportamientos y establece las relaciones que individualmente y colectivamente se tienen con el entorno. De este modo, elementos como la tierra y el agua, protagonistas para la infestación por geohelmintos, son susceptibles de ser analizados desde sus dimensiones físicas, biológicas, sociales y económicas a través de la labor antropológica, abocada a reconocer la variedad de formas de la vida humana desde la perspectiva de los propios actores sociales (Colángelo, 2008COLANGELO, M. A. La constitución de la niñez como objeto de estudio e intervención médicos en la Argentina de comienzos del siglo XX. Posadas: Universidad Nacional de Misiones, 2008. Disponível em: <http://www.aacademica.com/000-080/416.pdf>. Acesso em: 22 out. 2014.
http://www.aacademica.com/000-080/416.pd... ). El conocimiento de estos saberes tiene implicancias en la prevención y el control de la enfermedad, así como en la comprensión de la misma (Mastrangelo; Salomón, 2010MASTRANGELO, A. V.; SALOMON, O. D. Contribución de la antropología a la comprensión de un brote de Leishmaniasis Tegumentaria Americana en las "2.000 hectáreas", Puerto Iguazú, Argentina. Revista Argentina de Salud Pública, Buenos Aires, v. 1, n. 4, p. 6-13, 2010. Disponível em: <http://www.saludinvestiga.org.ar/rasp/edicion-completa/RASP%20Volumen-I-IV.pdf>. Acesso em: 22 dez. 2014.
http://www.saludinvestiga.org.ar/rasp/ed... ).
En el contexto de la presente investigación, la actividad laboral constituye un espacio organizador de la vida cotidiana de las personas (Heller, 1998HELLER, A. 1998. Sociologia de la vida cotidiana. Barcelona: Península, 1998.). Las relaciones laborales tienen implicancias en las viviendas a utilizar, el acceso a elementos básicos para la salud y los accesos a caminos y vías de comunicación. La salud y la enfermedad, emergen entonces, como cuestiones que exponen las condiciones de vida y trabajo de la población paciente (Menéndez, 2005MENÉNDEZ, E. El modelo médico y la salud de los trabajadores. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 1, n. 1, p. 9-32, 2005.).
Materiales y métodos
El campo
El abordaje antropológico se enmarcó en una investigación médica22En ella, el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales (IIET) de la Universidad Nacional de Salta (UNSA), con sede en la ciudad de Orán, Salta, Argentina, desarrolló un plan de desparasitación entre noviembre de 2010 y agosto 2011 en conjunto con Programa de Atención Primaria de la Salud de Salta y financiación de la ONG Mundo Sano (Socías, 2011). desarrollada en el departamento argentino de Orán (23°07'47"S 64°19'18"O) ubicado en la cuenca del Alto Bermejo, al límite con Bolivia en el noreste de la provincia de Salta. El clima subtropical con estación seca, otorga un promedio de 32.4 °C de temperatura entre noviembre y marzo mientras las precipitaciones rondan los 1000 mm anuales. El ambiente de la selva pedemontana, también conocido como yungas o selvas de altura, se caracteriza por poseer una espesa vegetación que funciona como reservorio hídrico durante la estación seca. Estas condiciones climáticas junto con el proceso de distribución de la tierras en la provincia de Salta (Buliubasich; Rodríguez, 2009BULIUBASICH, C.; RODRÍGUEZ, H. Panorama etnográfico, histórico y ambiental. In: BULIUBASICH, C.; GONZALEZ, A. (Coord.) Los pueblos indígenas de la provincia de Salta: la posesión y el dominio de sus tierras. Salta: Universidad Nacional de Salta, 2009. p. 21-32. Disponível em: <http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2012/12/P-Ind-de-Salta_-La-posesion-y-dominio-de-sus-tierras_InformeDDHH.pdf>. Acesso em: 26 nov. 2014.
http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2... ; Rodríguez, 2009) han convertido a la zona en un importante polo económico de trabajo agrícola, al cual han migrado históricamente obreros bolivianos y argentinos de distintas etnias. Históricamente, esta región agro-industrial se constituyó a partir de la explotación maderera, la producción de azúcar, a manos del ingenio azucarero Tabacal, las empresas agropecuarias - fincas - que demandan mano de obra intermitente para su producción y la explotación de hidrocarburos. En la última década, el avance de la tecnología agrícola -especialmente el paquete maíz-soja transgénico- generó el avance de la frontera cultivable y el desmonte de tierras de selva pedemontana. Estos procesos generaron que la pauperización de las poblaciones criollas, kollas y ava-guaraníes locales (Lorenzetti, 2012LORENZETTI, M. La dimension política de la salud: las prácticas sanitarias desde las comunidades peri-urbanas wichí del Dpto. de San Martín (Salta). Publicar, Buenos Aires, v. 10, n. 11, p. 65-86, 2012.).
La vida al margen de las tierras productivas de la población trabajadora (Rodríguez, 2009) junto con sus bajos indicadores sociales33Según datos del Indec (2010), el departamento de Orán cuenta con 138.838 habitantes, que se reparten en 31.859 hogares, de los cuales el 40, 2% no posee desagües cloacales., conforma el marco ideal para la endemicidad de distintas enfermedades tropicales (Kroliewiecki et al., 2009KROLEWIECKI, A. J. et al. Evaluation of new serologic techniques for the diagnosis of Strongyloides stercoralis infections. American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, Washington, DC, v. 81, n. 5, p. 89, 2009. Supplement 1., 2010KROLEWIECKI, A. J. et al. Improved diagnosis of Strongyloides stercoralis using recombinant antigen-based serologies in a community-wide study in Northern Argentina. Clinical and Vaccine Inmunology, Washington, DC, v. 17, n. 10, p. 1624-1630, 2010.; Socías, 2011SOCÍAS, M. E. Tratamientos comunitarios de geohelmintiasis en zonas endémicas para Strongyloides stercoralis. ENCUENTRO NACIONAL SOBRE ENFERMEDADES OLVIDADAS, 2 y SIMPOSIO INTERNACIONAL DE CONTROL EPIDEMIOLÓGICO DE ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES, 14. Libro de resúmenes… Buenos Aires: Fundación Mundo Sano, 2011, p. 34.; Gil et al., 2011GIL, J. et al. Reactividad del antígeno GST-SAPA de Trypanosoma Cruzi frente a sueros de pacientes con enfermedad de Chagas y Leishmaniasis. Medicina, Buenos Aires, v. 71, n. 2, p. 113-119, 2011.). Las familias donde no hay trabajadores empleados formalmente reciben Asignación Universal por Hijo44Es un beneficio que le corresponde a los hijos de las personas desocupadas, que trabajan en el mercado informal o que ganan menos del salario mínimo, vital y móvil. Consiste en el pago mensual de $460 para niños menores de 18 años y de $1500 para chicos discapacitados sin límite de edad. Con la misma, el Estado busca asegurarse de que los niños y adolescentes asistan a la escuela, se realicen controles periódicos de salud y cumplan con el calendario de vacunación obligatorio, ya que éstos son requisitos indispensables para cobrarla (1/11/2009, decreto 1602/09). Disponible: http://www.anses.gob.ar/destacados/asignacion-universal-por-hijo-1. Acceso 24/9/2012.. La atención médica de estos grupos sociales, está a cargo del Programa de Atención Primaria de la Salud (PROAPS), que depende del Ministerio Provincial de Salta. Organizados territorialmente, los agentes sanitarios del PROAPS focalizan su atención médica en la población materno-infantil, visitando principalmente las viviendas donde habitan menores de seis anos. El Bananal55Nombre ficticio. es un paraje que se encuentra sobre una ruta nacional, donde se emplaza una de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) además de un arroyo y un grupo de casas donde viven familias Criollas y Ava-guaraníes. Este lugar fue seleccionado para la investigación antropológica porque constituía un núcleo poblacional de familias que vivían dentro y fuera de los terrenos finqueros, de origen Criollo, Kolla y Ava-guaraní.
Diseno de investigación
El plan de trabajo integró técnicas cualitativas y cuantitativas. Los objetivos específicos que se desarrollan en este artículo son: describir los contextos socioambientales, las condiciones habitacionales y sanitarias e indagar sobre las percepciones de riesgo de la población afectada. El proyecto fue evaluado y aprobado por el Comité de Bioética del Colegio de Médicos de la Provincia de Salta.
Componente cuantitativo: A partir de un relevamiento bibliográfico no exhaustivo, sobre estudios particulares realizados en suelo argentino que abordan la problemática desde una perspectiva poblacional (Basualdo et al., 2000BASUALDO, J. A. et al. Screening of the municipal water system of La Plata, Argentina, for human intestinal parasites. International Journal of Hygienic and Environmental Health, Jena, n. 203, p. 177-182, Oct. 2000.; Fonrouge et al., 2000FONROUGE, R. et al. Contaminación de suelos con huevos de Toxocarasp. en plazas y parques públicos de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Boletín Chileno de Parasitología, Santiago de Chile, v. 55, n. 3/4, p. 83-85, 2000.; Matzkin et al., 2001MATZKIN, R. J. et al. Parasitosis entéricas en una población escolar periurbana de Resistencia, Chaco, Argentina. Revista Científica, Resistencia, v. 1, n. 1, p. 25-37, 2001.; Zunino et al., 2002ZUNINO, M. G. et al. Contamination by helminths in public places of the province of Chubut, Argentina. Boletín Chileno de Parasitología, Santiago de Chile, n. 55, p. 78-83, 2002.; Soriano et al., 2001SORIANO, S. et al. Intestinal parasites and the environment: frequency of intestinal parasites in children of Neuquén, Patagonia, Argentina. Revista Latinoamericana de Microbiología, Ciudad de México, DF, n. 43, p. 96-101, 2001.; Lura; Beltramino; De Carrera, 2002LURA, M. C.; BELTRAMINO, D. M.; DE CARRERA, E. F. Prevalence of intestinal helminthiasis in primary school children in Santa Fe city. Medicina, Buenos Aires, v. 10, n. 62, p. 29-36, 2002.; Cordoba et al., 2002CORDOBA, A. et al. Presencia de parásitos intestinales en paseos públicos urbanos en La Plata, Argentina. Parasitología Latinoamericana, Santiago de Chile, v. 57, n. 1/2, p. 25-29, 2002.; Taranto et al., 2003TARANTO, N. J. et al. Clinical status and parasitic infection in a Wichi Aboriginal community in Salta, Argentina. Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, Oxford, n. 97, p. 554-558, Oct. 2003.; Ledesma; Fernandez, 2004LEDESMA, A.; FERNANDEZ, G. Enteroparasitosis: factores predisponentes en la población infantil de la ciudad de Resistencia. Revista Argentina de Pediatria, Buenos Aires, v. 8, n. 2, p. 9-17, 2004.; Milano; Oscherov, 2002MILANO, A. M. F.; OSCHEROV, E. B. Contaminación por parásitos caninos de importancia zoonótica en playas de la ciudad de Corrientes, Argentina. Parasitologia Latinoamericana, Buenos Aires, v. 57, n. 3/4, p. 119-123, 2002. Disponível em: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-77122002000300006&lng=es&nrm=iso>. Acesso em: 24 dez. 2013.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=s... ; Menghi et al., 2007MENGHI, C. I. et al. Investigación de parásitos intestinales en una comunidad aborigen de la provincia de Salta. Medicina, Buenos Aires, v. 67, n. 6, p. 705-708, 2007.; Navone et al., 2006NAVONE, G. T. et al. Parasitosis intestinales en poblaciones Mbya-Guarani de la provincia de Misiones: aspectos epidemiológicos y nutricionales. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, n. 22, p. 109-118, 2006.; Gamboa et al., 2003GAMBOA, M. I. et al. Distribution of intestinal parasitoses in relation to environmental and sociocultural parameters in La Plata, Argentina. Journal of Helminthiasis, London, n. 77, p. 15-20, 2003.; Bracciaforte et al., 2010BRACCIAFORTE, R. et al. Enteroparásitos en ninos y adolescentes de una comuna periurbana de la provincia de Córdoba. Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, La Plata, v. 44, n. 3, p. 353-358, 2010.) se disenó un cuestionario para relevar características habitacionales, perfiles socioeconómicos, abastecimiento de insumos básicos sanitarios (agua potable, cloacas), manejo de desechos, conocimientos locales sobre las infestaciones parasitarias y relaciones con el sistema oficial de salud.
Componente cualitativo: Las técnicas de observación participante (Rubio, 2002RUBIO, M. I. J. Contexto etnográfico y uso de las técnicas de investigación en antropologia social. In: DE LA CRUZ, I.; PIQUERAS, A.; RIVAS, A. M. (Coord.). Introducción a la antropologia para la intervención social. Valencia: Popular, 2002. p. 5-25.) se desarrollaron en diversas situaciones (actividades rurales de la cosecha, actividades domésticas, visitas domiciliarias de agentes sanitarios, salas de salud y hospital regional) y entrevistas en profundidad a informantes claves (enfermeras de salas de salud rurales, agentes sanitarios, mujeres madres trabajadoras y trabajadores jornaleros y encargados). Para acceder a los conocimientos locales de las personas sobre los parásitos y el ambiente en que viven, se elaboraron preguntas sobre el conocimiento de las mismas, las causas de las parasitosis y los modos de tratamiento y prevención. Se utilizó grabadora de audio, cuaderno de notas y cámara fotográfica para los registros.
Identificación y selección de muestra
El trabajo en terreno duró 42 dias, distribuídos entre noviembre de 2010 y mayo de 2011. Se seleccionó una muestra intencional, no probabilistica (N=43) de unidades domésticas66Son grupos de personas que interactúan en forma cotidiana regular y permanente, a fin de asegurar mancomunadamente el logro de los siguientes objetivos: "su reproducción biológica, la preservación de su vida; el cumplimiento de todas aquellas prácticas económicas y no económicas indispensables, para la optimización de sus condiciones materiales y no materiales de existencia" (Torrado, 2006, p. 20). Los miembros deben compartir una vivienda o una cercanía residencial, conformando una unidad de consumo, con ingresos y gastos comunes y algunos de ellos poseen relaciones de parentesco. (UD) donde se suministró personalmente el cuestionario. Contactamos a los hombres y mujeres de la muestra a través de las visitas sanitarias con agentes sanitarios. Los interlocutores que demostraron apertura e interés en participar de la investigación, aportando información significativa sobre su vida cotidiana, fueron visitados en segundas y terceras oportunidades, sin el acompanamiento de agentes de salud. En el proceso de bola de nieve (Patton, 2002PATTON, M. Q. Qualitative evaluation and research methods. Newboury Park: Sage, 2002.) se contactaron mujeres y ninos, ya que el trabajo de campo se realizaba durante el dia, momento en que la mayoria de hombres cumplia su jornada laboral. Asi como se preservó el anonimato de los mismos y de sus lugares durante el proceso de trabajo de campo, se continúa haciéndolo en las publicaciones utilizando nombres ficticios.
Procesamiento de datos y análisis
El material etnográfico (notas de campo, entrevistas grabadas y transcriptas, fotos) fue analizado utilizando el Atlas.ti. Se configuró una base de datos con los datos recabados de los cuestionarios a las UD, que se trianguló con la información recabada por el PROAPS y con literatura experta.
Resultados
43 UD integraron la muestra que realizaron el cuestionario sobre las condiciones edilicias y socioambientales. 32 UD emplazadas en terrenos de fincas y 11 en los terrenos entre la ruta y el limite de las fincas. 16 entrevistas en profundidad fueron realizadas a madres, 2 a encargados de fincas, 4 a agentes sanitarios y 1 a una enfermera rural.
La distribución de la tierra
El departamento de Orán posee 11.892 km2 y 138.383 habitantes (Indec, 2010INDEC - INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA. Censo Nacional de Poblaciones, Hogares y Viviendas. Buenos Aires, 2010. Disponível em: <http://www.sig.indec.gov.ar/censo2010>. Acesso em: 26 nov. 2014.
http://www.sig.indec.gov.ar/censo2010... ). Las actividades agropecuarias y la falta de planificación habitacional han tenido efectos directos sobre la distribución de las tierras y las actuales condiciones de los suelos disponibles para la vivienda de los habitantes de menores ingresos, tanto en la ciudad como en el campo. Se estima que más del 90% de la selva pedemontana de las yungas, donde se emplaza el centro urbano de Orán, con áreas de suelo profundo, desapareció al ser transformada en extensos cultivos de cana de azúcar a principios del siglo XX. La tecnologización del Ingenio San Martin de Tabacal en los anos 70 y su posterior venta a la multinacional Seaborg, provocó la expulsión de miles de trabajadores, especialmente Kollas y Ava-Guaranies que vivian en los terrenos de la empresa (Trinchero, 1992TRINCHERO, H. Privatización del suelo y reproducción de la vida: los grupos aborígenes del Chaco. In: BALAZOTE, A.; RADOVICH, J. La problemática indígena. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1992. p. 117-141.). 40.000 hectáreas se destinan actualmente a la producción del ingenio y 7.010 hectáreas se encuentran sembrados repartidos en 400 productores77Según estimaciones del Ministerio de Economía de Salta, el departamento de Orán posee 6460 hectáreas a campo y 550 cubiertas. Disponible en: http://www.mecon.gov.ar/programanortegrande/documentos/Plan%20de%20Competitividad%20cluster%20horticola%20Salta%20Final.pdf. Acceso el: 21/2/2014.. La escasez de tierras disponibles para habitar contribuyó a la extensión de asentamientos en los sectores rurales y periurbanos de Orán y Pichanal (Rodriguez, 2009RODRIGUEZ, M. G. Barreras naturales: la conjunción de lo urbano y periurbano en San Ramón de la Nueva Orán: ciudad encajonada y dispersa. In: NEMIROVSKY, A. S. Globalización y agricultura periurbana en Argentina. Buenos Aires: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2009. Disponivel em: <http://www.flacso.org.ar/uploaded_files/Noticias/agriculturaperiurbana.pdf>. Acesso em: 29 jul. 2013.
http://www.flacso.org.ar/uploaded_files/... ).
En los sectores rurales, "la tierra constituye un bien fijo y no reproducible y el agua un bien escaso" (Flores, 2008FLORES, S. M. L. ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno-empresarial en México? El Cotidiano, Azcapotzalco, v. 23, n. 147, p. 25-33, 2008., p. 26). Así pues, las tierras productivas se encuentran en manos de pequenos y grandes88El promedio de superficie de las fincas oscila entre 500 y 1200 hectáreas (Rodríguez, 2009). productores que deben invertir en bombas de extracción o riego por goteo para lograr el abastecimiento de agua y que necesitan de población "afincada" que habite estacional o permanentemente en el terreno finquero. Los espacios para que los trabajadores vivan se encuentran dentro de las fincas en una vivienda suministrada por el patrón o en asentamientos en los márgenes de la ruta, entre los límites de la finca y el camino. El abastecimiento de agua depende de las instalaciones construidas por los finqueros, ya que no existe en la zona conexiones a redes de agua potable y/o cloacas. Aún viviendo fuera de las fincas, los pobladores de la zona dependen de estas instalaciones para el abastecimiento de agua.
Desde el estado nacional y provincial existen marcos jurídicos que promueven a la regularización laboral, pero no hay planes de gobierno que planifiquen la gestión de construcción de infraestructura (cloacas, redes de agua) para los habitantes del ámbito rural. En este sentido, ninguno de los habitantes del Bananal posee títulos de tierra. Entre los trabajadores rurales, sólo los integrantes de comunidades indígenas poseen herramientas legales99El artículo 17, inciso 15 de la Constitución Argentina promueve a "Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos (…). Respetar el derecho a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer el estatuto jurídico de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de sus tierras…". para exigir títulos de tierras, previa obtención de un estatuto jurídico. Sin embargo, el avance de la frontera cultivable, ubica a los grupos indígenas en una situación endeble frente a intereses político-económicos y de terceros - duenos privados, finqueros y empresarios1010Solo 18 de 97 comunidades relevadas en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas (RENACI) tienen la titularidad de las tierras: 5 con títulos individuales, 13 con títulos comunitarios, mientras que las otras 90 comunidades restantes no tienen título de propiedad (Buliubasich, 2008, p. 28). Para profundizar sobre la situación dominial del territorio ocupado por las comunidades indígenas del departamento de San Martín, puede consultarse el relevamiento llevado a cabo por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Universidad Nacional de Salta (Buliubasich; Rodríguez, 2009).. Así pues, en el Bananal, una comunidad ava-guaraní inició su reclamo de tierras y posee estatuto jurídico, pero se encuentra en un proceso de fragmentación interna que dejó al reclamo inactivo.
El trabajo de la tierra
En las cinco fincas donde se entrevistó a trabajadores, se producían hortalizas, a excepción de una donde además se producía banana para exportación. El cultivo de tomate es el de mayor importancia económica dentro de las hortalizas, siguiéndole el pimiento -que se produce bajo cubierta-, el zapallito y el de berenjena. El destino de esta producción lo constituyen casi exclusivamente las grandes urbes argentinas de Rosario - capital de la provincia de Santa Fe - y la ciudad de Buenos Aires. La banana y el tomate, "dan anos redondos", es decir, proveen trabajo manual todo el ano. La producción de tomate puede ser realizada por pequenos productores, porque no necesita gran inversión tecnológica y las etapas de su ciclo de producción pueden ser realizadas manualmente. El subsolado, la aradura, la preparación de barreras vivas, bolsas de abono y el armado de sistemas de conducción de las plantas, como el "tutorado" que consiste en instalar un soporte que permita direccionar los frutos de la planta, son todas etapas que se traducen en "tareas" remuneradas a los trabajadores. Por su parte la banana puede plantarse en cualquier momento del ano, siempre y cuando haya humedad, permitiendo ciclos permanentes de trabajo. El riego de todos estos cultivos se realiza por goteo.
La situación de quienes viven en las fincas es ocupantes por relación de dependencia (Indec, 2014INDEC - INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA. Sistemas de estadísticas sociodemográficas: definiciones y conceptos utilizados en los cuadros. Buenos Aires: Ministerio de Economía de la Nación, 2014. Disponível em: <http://www.indec.mecon.ar/desaweb/ftp//nuevaweb/cuadros/7/sesd_glosario.pdf>. Acesso em: 19 jan. 2015.
http://www.indec.mecon.ar/desaweb/ftp//n... ) porque habitan solos o con familiares en una vivienda facilitada por el patrón de la finca, a cambio de su actividad laboral. Si bien disponen de una vivienda, la situación de los trabajadores agrícolas de la zona, presenta una serie de características que lo convierten en un trabajo "inseguro" (Flores, 2008FLORES, S. M. L. ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno-empresarial en México? El Cotidiano, Azcapotzalco, v. 23, n. 147, p. 25-33, 2008.). La contratación de los trabajadores es verbal, sin prestaciones sociales1111Por prestaciones sociales definimos nos referimos a cargas de seguridad social. De todos modos, en el 91% de las UD, los menores de 16 recibían AUH.. La exposición al desempleo y por consiguiente a la pérdida de vivienda, emerge como una constante1212Existen acciones desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que buscan regularizar la situaciones de los trabajadores rurales. Desde la AFIP las acciones se basan en fiscalizar y desde Ministerio se promueven Convenios de Corresponsabilidad Gremial ver http://www.trabajo.gov.ar/seguridadsocial/convenios.asp.. En este punto, la modalidad de trabajo agrícola observada en Orán, es comparable con otros escenarios latinoamericanos (Guiarriaca; Bidaseca; Mariotti, 2001GUIARRIACA, N.; BIDASECA, K.; MARIOTTI, D. Trabajo, migraciones e identidades en tránsito: los zafreros en la actividad cañera tucumana. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2001. Disponível em: <http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/clacso/index/assoc/D2484.dir/15bidaseca.pdf>. Acesso em: 26 nov. 2014.
http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/col... ; Silva, 1998SILVA, S. M. da. Errantes do fim de século. Sao Paulo: Unesp, 1998.), donde se da la contradicción entre "modernización e intensificación de la producción" que coexiste "con condiciones de trabajo que se consideraban eliminadas" (Flores, 2008FLORES, S. M. L. ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno-empresarial en México? El Cotidiano, Azcapotzalco, v. 23, n. 147, p. 25-33, 2008., p. 26).
En 16 UD encontramos trabajadores "en blanco", que aportan cargas a seguridades sociales. Estos empleados relataron que la antiguedad en el pues- to laboral implicó "haberse ganado la confianza del patrón"1313Frases encodilladas itálicas pertenecen a frases de aquellos que respondieron el cuestionario. y "llegar a ser efectivo". Ser efectivo implica mayor seguridad y estabilidad laboral, pero menor sueldo neto. Así pues, los trabajadores golondrinas, mayormente bolivianos, tienen las condiciones de vida más precarias, pero según los argentinos "se llevan más dinero". Ellos llegan en marzo, con maderas del monte y bolsas de polietileno edifican viviendas en medio de plantaciones para evitar las inspecciones estatales1414Disponible en: http://www.estudiocontableaeh.com.ar/novedades9/la_afip_detecto_empleo_rural_esclavo_en_salta-3437;http://www.elpaisdehoy.com.ar/nota/5515.Acceso el 9/11/2012. y vuelven a sus localidades de origen en octubre/noviembre. Trabajadores agrícolas y empleados estatales argentinos del ámbito de la salud expresan "vienen en marzo, trabajan y se van, usando la escuela y la sala de salud" y además "hacen más plata" (Enfermera sala de salud, 21/11/2010). Estas tensiones entre las identidades nacionales y étnicas, se expresan en la baja sindicalización de los trabajadores, frente a la desprotección social en que viven. En este sentido, la modalidad de trabajo está íntimamente ligada con la movilidad de grandes distancias de los trabajadores y la dependencia de los "medieros" que son una red de contratistas que conectan la oferta y la demanda de trabajo (Flores, 2008FLORES, S. M. L. ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno-empresarial en México? El Cotidiano, Azcapotzalco, v. 23, n. 147, p. 25-33, 2008.).
Relaciones laborales y vivienda
Una vez que son "contratados", los obreros entablan relaciones con el capataz, quien recibe órdenes del dueno de la producción económica de la finca1515El dueño de la finca puede no ser el dueño de la tierra, sino un arrendador de la misma.. Las características de dicha relación laboral trae implicancias no sólo sobre los ingresos económicos a percibir, sino también en los tipos de vivienda a utilizar. Los puestos de mayor responsabilidad - encargados - viven todo el ano en las fincas y poseen casas de ladrillo y cemento mientras que las casas de los jornaleros1616Nombre local que reciben los empleados que cobran por día de trabajo. mayormente construídas con maderas y pisos de tierra, pueden ser utilizadas por más de una familia durante el ano si el trabajo es estacional.
En el 74% de las UD de la muestra vivía por lo menos un jornalero. Estos trabajadores comienzan su jornada a las 6am y la finalizan a las 5pm aproximadamente. Cuando se realizó la investigación, estos obreros cobraban entre 50 y 60 pesos argentinos diarios por trabajar de lunes a sábados o todos los días1717El valor del peso argentino ha fluctuado en los últimos años. En 2010 –cuando se inició la investigación 1USD=$3,92 argentinos y actualmente 1USD=$7,82 al cambio oficial.. Los sectores de viviendas de los jornaleros son los conventillos1818Modo local de llamar los grupos de viviendas de los trabajadores jornaleros. donde permanecen con sus familias durante el período en que trabajan en la finca. Los que están permanentemente en las fincas son los encargados (n=8), que están en contacto directo con el capataz y tienen tareas de mayor responsabilidad con respecto a los jornaleros. Los encargados obtienen un sueldo mensual (los honorarios oscilan entre los $30 y $35 por día). Las jornadas laborales son de 12 horas, con un corte al mediodía de 12 a 1 pm. Sus viviendas están separadas del conventillo y suelen ser construcciones dadas por el dueno de la finca que habían sido destinadas a almacenamiento de maquinarias. Estas viviendas pueden estar en los terrenos más cercanos a la ruta, donde se encuentra la pensión1919La pensión es un lugar donde existen bebidas y comidas de venta al público, que trabajen o no en las fincas..
Todos los integrantes de la UD participan activamente en la reproducción de la misma, inclusive los ninos, realizando tareas remuneradas. Por su parte, 36 mujeres explicaron ser jornaleras por tareas. Esta labor consiste en la realización de tareas especificas para el capataz, como cortar juncos para sostener los frutos del tomate. Las mismas pueden realizarse en el hogar y con ayuda de los ninos y ninas. Además las mujeres pueden organizar una pensión en su vivienda o cocinar empanadas para vender a los obreros cuando termina la jornada o cuidar los ninos de aquellas madres que "salen al campo" a trabajar. También puede comprar mercaderia en Tarija (Bolivia) para luego vender en las ciudades o parajes argentinos.
La vida en las fincas es eminentemente comunitaria, son escasos los espacios para la privacidad o la individualidad. Los materiales con que se construyen las casas de los conventillos son permeables, todo lo que ocurre en el interior de las casas se escucha y los espacios sanitarios (lavaderos, banos) son compartidos. La vida comunitaria puede implicar lazos de cooperación y de competencia. La limpieza de sectores comunes debe ser organizada entre las familias y el abastecimiento del agua entre trabajadores rurales. Ambas actividades pueden implicar conflictos. Asi pues, los trabajadores que consiguen cierta estabilidad, eligen construir sus casas por fuera del terreno de las fincas, en los asentamientos cercanos de la ruta o la sala de salud y dejar de compartir paredes, banos y lavaderos. "Desde que nos fuimos de la finca estamos mejor, podemos tener el bano y la casa limpia, sé que mis hijos pueden ir a un bano sin bichos" (4/03/2011) explica una madre de cuatro hijos que vive al margen de la ruta en una casa prefabricada de madera, con su familia. Muchas madres asocian los bichos -parásitos- a las condiciones de las instalaciones sanitarias de las fincas. La mudanza a terrenos por fuera de ellas, implica una ganancia de individualidad del grupo familiar y privacidad que representa para los pobladores del paraje un ascenso social.
Los espacios de vivienda
Las casas de las unidades domésticas están constituidas por dormitorios con alero. Los aleros pueden variar en sus dimensiones, constituyendo galerias o espacios techados con piso de tierra. Debajo de ellos se encuentra el espacio destinado a la realización de actividades domésticas como cocinar, por lo tanto en ellos puede encontrarse un lugar en el suelo para hacer fuego o un horno de barro, elementos para conservar agua (bidones, neumáticos partidos por la mitad), mesas, sillas, cubiertos y alimentos, entre otros. Este espacio se denomina peridomicilio desde la literatura cientifica (WHO, 2007WHO - WORLD HEALTH ORGANIZATION. Control de las helmintiasis en los países del Caribe inglés y francés: hacia la resolución 54.19 de la Asamblea Mundial de la Salud: 2007. Kingstone, 2007. Disponível em: <http://www.paho.org/Spanish/AD/DPC/CD/psit-sth-jamaica.htm>. Acesso em: 8 jan. 2013.
http://www.paho.org/Spanish/AD/DPC/CD/ps... ). "No puedes ir al campo a jugar hasta que no termines aquí en el rancho la tarea" (22/05/2011) le dice Juana a su hijo de once anos sentada bajo el alero, junto al fuego, cortando juncos para las plantas de tomate. El campo son los cultivos que rodean las casas, donde los hijos de los trabajadores que habitan el conventillo juegan durante el dia. En esta finca, Juana y otra de las madres estaba al cuidado de los ninos cuyas madres cumplian la jornada laboral. El peridomicilio es el ambiente donde ocurre la actividad cotidiana del grupo familiar.
Dentro de las fincas, observamos un uso intensivo del espacio en la disposición de las viviendas y en la cantidad de personas por habitación (hacinamiento2020Es la relación entre la cantidad de ambientes del hogar y el número de personas: se considera como hacinamiento crítico los hogares con más de tres personas por cuarto, sin contar el baño y la cocina (Indec, 2014).). Existen fincas donde se destina un espacio especifico a la construcción de viviendas y las mismas se encuentran emplazadas cercanas a los sectores sanitarios, pero existen otras donde el espacio destinado a las viviendas "se va formando cuando llegan los trabajadores para la cosecha" (Encargado, 5/03/2011). En estos últimos casos, las viviendas deben construirse en los espacios reducidos "que queden" entre los cultivos, las instalaciones sanitarias y los caminos internos de la finca. Asi pues, ocurre que el espacio destinado a viviendas varia ampliamente entre las distintas fincas. De las 43 UD, hemos encontrado 17 sin hacinamiento y cabe destacar que estas eran parejas jóvenes con un solo hijo, o matrimonios adultos. Todas las familias que hemos conocido con hijos entre 2 y 15 anos, duermen en un mismo cuarto.
Abastecimiento de agua
El acceso al agua depende de las bombas de extracción de agua construidas por los trabajadores por orden de los finqueros. La "bomba de la finca", consiste en un medio mecánico de elevación con motor eléctrico, que permite extraer aguas subterráneas gracias a una perforación en la tierra de 50 metros de profundidad aproximadamente. La fuente de agua se encuentra en un estanque de cemento, donde el agua que no se transporta apenas sale a la superficie, queda "detenida". En dos fincas visitadas, cuando no hay actividad agrícola de máquinas, se corta el suministro de energía y no todos los trabajadores tienen acceso a la activación del mismo. "Cuando no se trabaja se corta la luz, entonces no sale agua de la bomba y usamos el agua detenida" (21/5/2011) explica el encargado de la finca. Al finalizar la actividad agrícola que necesita de electricidad, se corta el suministro de la misma que permite la extracción de agua de la bomba.
El 90,7% de las UD se abastece de agua con la "bomba de la finca". Los camiones de los finqueros son utilizados para transportar tanques de PVC de 200 litros llenos de agua hasta los hogares de los trabajadores del paraje. Una vez en el peridomicilio los tanques son cubiertos con bolsas de plástico para evitar que se ensucien. Las UD de la comunidad Ava-guaraní (9,3% de las UD) reciben agua de un camión cisterna todas las semanas. Sus vínculos con el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS), por las acciones iniciadas para obtener el estatuto jurídico y sus reclamos por la falta de agua en la zona, posibilitaron el abastecimiento por medio de este camión. Algunas madres criollas, comentaron que cuando llega el camión, lo interceptan con recipientes de plástico y le piden al agente municipal que se los llenen. Otras madres se quejan de esta situación "hay personas con privilegios, no entiendo porqué, reciben agua en sus casas" (22/05/2011).
Dentro del 90,7% que utiliza agua de la bomba, el 48% de las UD (n=18) explicó que organizan los usos del agua de la finca. Algunos explicaron que distinguen entre el agua de lluvia que almacenan, que utilizan para limpieza del hogar, riego y aseo personal y la que almacenan que proviene de las bombas de agua, que puede ser utilizada para consumo. Otros deciden comprarle el agua para beber a un camión aguatero que vende a 10 pesos argentinos los bidones de 5 litros. Cabe destacar que hemos observado esta organización de usos en casas donde hay ninos y algunas madres comentaron que suelen dar más gaseosa que agua a sus hijos "porque es más barata y rinde más" (17/11/2010). En este sentido, en los hogares que se realiza diferenciación de usos entre consumo y limpieza, los adultos suelen consumir el agua de la finca o gaseosa mientras los ninos toman agua potable comprada o gaseosa.
En relación al aseo personal, varias personas que viven en asentamientos, explicaron que usan el agua del arroyo para banarse. El cauce del arroyo ha disminuido notablemente en los últimos anos, porque ha sido desviado para regar plantaciones de una finca. De todos modos, en verano y primavera, es común observar ninos y ninas banándose y adultos lavando ropa en él.
Condiciones sanitarias
Ninguno de los habitantes del sector rural posee conexión a cloacas, por lo tanto el modo de aprovisionamiento de un sistema de evacuación de excretas es autogestionado. Las letrinas se encuentran fuera del hogar y están cubiertas con paredes de cana de azúcar, maderas o bolsas de polietileno. Fueron 32 las UD que explicaron haber construido una canería manualmente que desagua a metros de la vivienda, a la cual llaman "pozo ciego". Realizamos esta salvedad, porque el pozo ciego implica una cámara aséptica que no identificamos en 10 de las UD que explicaron tener "pozo ciego". Por otro lado, hemos encontrado viviendas donde los habitantes realizan un pozo en la tierra a metros de la entrada a la casa, que luego van cubriendo con ceniza u hojas secas. Cuando observan que el pozo "está todo podrido" determinan que la capacidad del pozo caducó y realizan un pozo en otro lugar para armar "un bano nuevo". Cabe destacar que en hogares donde hay letrinas y pozos ciegos, hemos observado que integrantes de la UD evacúan a cielo abierto en algún cultivo.
Las condiciones sanitarias varían si las viviendas pertenecen a los asentamientos o al conjunto de viviendas al interior de las fincas. En estas últimas la construcción de las letrinas "depende de la voluntad de la patronal" (Agente sanitario, 17/03/2011) mientras que en los asentamientos depende de cada dueno de hogar. Además se dan variaciones según las intensidades de los usos. Existen fincas donde cada dos familias hay un bano conectado a un pozo ciego mientras en otras hemos observado seis letrinas cada treinta familias.
Manejo de desechos
Ninguna de las viviendas visitadas contaba con servicio de recolección de basura. En las viviendas del asentamiento, el tratamiento consiste en quemar los restos inorgánicos que no pueden reutilizarse y los restos orgánicos se entierran en sectores alejados del peridomicilio. En las fincas la situación es diversa. Depende de la organización de los trabajadores y de la organización del mantenimiento de las instalaciones que disponga la patronal. En cuatro fincas hemos encontrado montanas de desechos orgánicos e inorgánicos cerca de los sanitarios comunitarios. Sólo en una finca encontramos que se separaba la basura orgánica de la inorgánica y que esta última era quemada.
Discusión
Las interacciones físicas y biológicas que posibilitan una infestación parasitaria, ocurren en un determinado contexto social y cultural que debe ser analizado para la comprensión del problema (Redpaith; Allotey; Pokherl 2011REDPAITH, D.; ALLOTEY, P.; POKHERL, S. Social sciences research in neglected tropical diseases 2: a bibliographic analysis. Health Research Policy and Systems, London, n. 9, p. 22-45, 2011.). Sy (2009)SY, A. Una revision de los estudios en torno a enfermedades gastrointestinales: en busca de nuevas alternativas para el análisis de los procesos de salud-enfermedad. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 1, p. 49-62, 2009. plantea que las investigaciones epidemiológicas sobre patologías gastrointestinales provocadas por parasitosis incorporan las dimensiones sociales de los pacientes "de forma subordinada reducido a indicadores como sexo y edad" sin plantear la necesidad de "buscar nuevos parámetros que permitan dar cuenta de la situación en el contexto particular en el que se encuentran investigando" (2009, p. 51). Desde la literatura epidemiológica, los componentes sociales de las problemáticas parasitarias son incorporados cuantitativamente (Córdoba et al., 2002CORDOBA, A. et al. Presencia de parásitos intestinales en paseos públicos urbanos en La Plata, Argentina. Parasitología Latinoamericana, Santiago de Chile, v. 57, n. 1/2, p. 25-29, 2002.; Ledesma; Fernandez, 2004LEDESMA, A.; FERNANDEZ, G. Enteroparasitosis: factores predisponentes en la población infantil de la ciudad de Resistencia. Revista Argentina de Pediatria, Buenos Aires, v. 8, n. 2, p. 9-17, 2004.; Milano; Oscherov, 2002MILANO, A. M. F.; OSCHEROV, E. B. Contaminación por parásitos caninos de importancia zoonótica en playas de la ciudad de Corrientes, Argentina. Parasitologia Latinoamericana, Buenos Aires, v. 57, n. 3/4, p. 119-123, 2002. Disponível em: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-77122002000300006&lng=es&nrm=iso>. Acesso em: 24 dez. 2013.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=s... ; Navone et al., 2006NAVONE, G. T. et al. Parasitosis intestinales en poblaciones Mbya-Guarani de la provincia de Misiones: aspectos epidemiológicos y nutricionales. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, n. 22, p. 109-118, 2006.) para explicar los niveles de infestación de la población, responsabilizando a los pacientes de las patologías que sufren (Menghi et al., 2007MENGHI, C. I. et al. Investigación de parásitos intestinales en una comunidad aborigen de la provincia de Salta. Medicina, Buenos Aires, v. 67, n. 6, p. 705-708, 2007.). Por otro lado, en tanto no incorporan a la explicación los factores que han operado a lo largo del tiempo en la composición del paisaje (Sy, 2007SY, A. La enfermedad en un contexto pluriétnico: parásitos y enfermedad parasitaria en el Valle del Cuña Pirú, provincia de Misiones (Argentina). In: MOLINA, I. Los caminos terapéuticos y los rostros de la diversidad: la selección y combinación de medicinas en Argentina. Buenos Aires: Espacio Editorial, 2007. p. 145-164., 2009SY, A. Una revision de los estudios en torno a enfermedades gastrointestinales: en busca de nuevas alternativas para el análisis de los procesos de salud-enfermedad. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 1, p. 49-62, 2009.), naturalizan la existencia de los parásitos en el ambiente, generando una serie de reificaciones (Grimberg, 1997GRIMBERG, M. De conceptos y métodos: relaciones entre epidemiología y antropología. In: ALVAREZ, M.; BARREDA, V. Antropología y práctica médica. Buenos Aires: INAPL, 1997. p. 11-23.) en torno al ambiente, los riesgos y la enfermedad sobre la cuales proponemos reflexionar.
Negociación de riesgos
Desde la literatura experta, el hacinamiento y la "promiscuidad, entendida como más de una persona por cama simple" (Gamboa et al., 2003GAMBOA, M. I. et al. Distribution of intestinal parasitoses in relation to environmental and sociocultural parameters in La Plata, Argentina. Journal of Helminthiasis, London, n. 77, p. 15-20, 2003., p. 2) son factores que promueven a la infestación parasitaria, por tanto, se denominan hábitos de riesgo (Soriano et al., 2001SORIANO, S. et al. Intestinal parasites and the environment: frequency of intestinal parasites in children of Neuquén, Patagonia, Argentina. Revista Latinoamericana de Microbiología, Ciudad de México, DF, n. 43, p. 96-101, 2001.). La idea de estas explicaciones es que evitando estas conductas de riesgo se puede disminuir la carga parasitaria. Luego del trabajo de campo realizado, sostenemos que las personas que viven en condiciones de hacinamiento sin agua corriente y cloacas, saben que estas cuestiones no son saludables para su vida. El conocimiento de los riesgos influye en el modo que los sujetos viven y planifican sus actividades (Giddens, 1995GIDDENS, A. Modernidad e identidad del yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea. Barcelona: Península, 1995.). El tema está en ver como se percibe el riesgo, porque muchas veces es asumido y vivido dentro de "límites tolerables" en tanto y en cuanto se pueda seguir viviendo (Sy, 2009SY, A. Una revision de los estudios en torno a enfermedades gastrointestinales: en busca de nuevas alternativas para el análisis de los procesos de salud-enfermedad. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 1, p. 49-62, 2009., p. 23). Para los habitantes del Bananal estos límites se corren y se negocian constantemente: cuando se cocina, se clasifica el agua entre agua para adultos y para ninos, en la crianza de los hijos o en lo que se dice cuando visita el agente sanitario, se consulta un médico o se responden las preguntas que enuncia una investigadora: "Yo sé que el agua es mala, es amarillenta y que debo hervirla, pero señorita cuando se trabaja en el campo, aunque el hilito de agua sea malo yo me lo tomo, y sí, sé tener desarreglos2121Se llama desarreglo a cualquier malestar sentido, pero preferentemente las personas se refieren a la diarrea." (9/3/2011) explica una madre de cuatro hijos en una entrevista, que trabajó 15 anos en la cosecha. Ella dice que aún sabiendo que el agua no está en buen estado, a veces la toma y afronta la posibilidad de sufrir episodios de diarrea.
La inadecuada disposición de excretas constituye otro hábito de riesgo. Entonces la descripción y medición de los banos es utilizado como uno de los parámetros claves para entender la infestación por geohelmintos (Soriano et al., 2001SORIANO, S. et al. Intestinal parasites and the environment: frequency of intestinal parasites in children of Neuquén, Patagonia, Argentina. Revista Latinoamericana de Microbiología, Ciudad de México, DF, n. 43, p. 96-101, 2001.). En el Bananal, atender al uso y la percepción de la población sobre los servicios sanitarios resultó tan importante como la descripción del funcionamiento del sistema de evacuación. Es la disponibilidad de letrinas y el uso de las mismas lo que define sus condiciones y no tanto los materiales con que están construidas. "Yo sé que es preferible haber construido un pozo ciego casero o una cloaca, en la otra finca la teníamos, pero estaba tan horrible, tan podrida, que yo prefiero vivir aquí e ir haciendo pozos. Esto sólo lo usa mi familia, no gente sucia como la de la finca" (6/3/2011) explica una criolla, madre de tres hijos. Ella vive en una casa prefabricada entre el limite de una de las fincas y la ruta. El bano lo construyó con su pareja, haciendo un pozo en el suelo y poniendo paredes de madera y bolsas de residuo. Lo van cubriendo con cenizas a medida que lo usan. Ella sabe que en la finca los banos contaban con mejores materiales de construcción, pero el uso de las instalaciones y las conflictivas relaciones de convivencia, hacian que no puedan organizar la limpieza de los banos. En este sentido, un aspecto a considerar en el estudio y la descripción de las condiciones sanitarias, es la intensidad del uso de las mismas, que nos habla de la propiedad del servicio sanitario, el acceso al mismo y su disponibilidad (Ziegelbauer et al., 2012ZIEGELBAUER, K. et al. Effect of sanitation on soil-transmitted helminth infection: systematic review and meta-analysis. Plos Medicine, San Francisco, v. 1, n. 9, 2012. Disponível em: < http://www.plosmedicine.org/article/fetchObject.action?uri=info:doi/10.1371/journal.pmed.1001162&representation=PDF>. Acesso em: 3 mar. 2013.
http://www.plosmedicine.org/article/fetc... ). Seria pertinente en esta situación, realizar los correspondientes estudios médicos que revelen los niveles de infestación parasitaria en los integrantes de esta familia, compararlos con aquellos que utilizan los sanitarios en las fincas y asi poder observar como influyen estos aspectos en las probabilidades de infestación.
Por otro lado, las letrinas de las fincas son compartidas por los habitantes y los trabaj adores jornaleros que no viven dentro de ellas, por lo tanto el uso puede intensificarse y representar otro riesgo para los habitantes de las fincas. "Me da miedo que mi hija vaya al bano donde hay hombres desconocidos, prefiero que vaya al bano en las plantas" (22/05/2011) explicó en una entrevista una madre de 25 anos. Este testimonio nos habla tanto de la construcción de desigualdades de género y edad, como también de la vulnerabilidad y el riesgo. Las situaciones de violencia, de género o entre varones, vinculadas al consumo de alcohol son comunes en la zona y representan un riesgo a prevenir. Las mujeres, sobre todo si son menores en edad, emergen como las más vulnerables. El temor a una situación de violencia y/o abuso sexual con menores, constituye un riesgo a evitar, en este caso, dejando que las ninas evacuen a cielo abierto. Lejos de ser un hecho objetivo y neutral, el riesgo constituye una dimensión emocional de una transgresión (Douglas, 1966DOUGLAS, M. La impureza ritual. In: ________. Purity and danger: an analysis of concepts of pollution and taboo. London: Routledge & Keagan Paul, 1966. p. 21-47.) que se expresa en términos de rabia, miedo y ansiedad (Lupton, 1999LUPTON, D. Risk. London: Routledge, 1999.). En la construcción local de los riesgos, una situación de violencia representa un miedo mayor que el de una infestación parasitaria, por lo tanto se negocia en los comportamientos cotidianos. La negociación no implica ignorancia de los riesgos, sino su corrimiento hacia limites tolerables.
A partir de su investigación sobre brotes de leishmaniasis y condiciones laborales, Mastrangelo y Salomón (2010)MASTRANGELO, A. V.; SALOMON, O. D. Contribución de la antropología a la comprensión de un brote de Leishmaniasis Tegumentaria Americana en las "2.000 hectáreas", Puerto Iguazú, Argentina. Revista Argentina de Salud Pública, Buenos Aires, v. 1, n. 4, p. 6-13, 2010. Disponível em: <http://www.saludinvestiga.org.ar/rasp/edicion-completa/RASP%20Volumen-I-IV.pdf>. Acesso em: 22 dez. 2014.
http://www.saludinvestiga.org.ar/rasp/ed... explican que la pérdida del trabajo es un riesgo mayor que el de contraer una enfermedad. En este sentido, observamos que las personas elaboran estrategias ante el riesgo de perder el trabajo y los riesgos sanitarios a los que sus vidas se exponen en el trabajo en las fincas.
"Esos -los baños de la finca-son un asco, una mugre, lleno de bichos. Nos quejamos con los agentes sanitarios, fuimos al hospital a decirlo también. Pero nadie nos presta atención a no ser que quieran votos, nadie nos dio una respuesta y el capataz de ese momento amenazó con echarnos, así que bueno nos vinimos para acá y nos hicimos este bano" (7/3/2011).
Este relato pertenece a Marcela, una madre de dos niñas que vive con su pareja en una finca. Ambos trabajan en ella, él como jornalero diario y ella como jornalera por tareas. Antes vivian en el conventillo, donde se agrupan todas las familias de jornaleros y donde el bano con paredes de cemento y letrinas está cerca. Poco a poco, los alrededores de estos sanitarios se empezaron a utilizar para colocar los desechos del trabajo agricola de las fincas (restos de cajas de cartón y producción podrida). Marcela comenzó a quejarse con la patronal por el manejo inadecuado de los desechos y recibió amenazas de perder su puesto laboral. Entonces decidió construir una vivienda separada de conventillo, en un extremo del terreno finquero, entre el alambrado y los cultivos. Dice que prefiere estar más lejos de los sectores comunitarios para poder mantener "su limpieza" y hacer que sus hijas no jueguen tan cerca de la basura de la finca todos los días. Resulta también importante ver en este relato, la capacidad de agencia desplegada por los actores sociales y la conciencia de la situación de vulnerabilidad en que viven.
Contacto con la tierra
El material de paredes y pisos de las viviendas se cuantifica y describe ya que puede estimular o perjudicar la infestación parasitaria (Navone et al., 2006NAVONE, G. T. et al. Parasitosis intestinales en poblaciones Mbya-Guarani de la provincia de Misiones: aspectos epidemiológicos y nutricionales. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, n. 22, p. 109-118, 2006.; Menghi et al., 2007MENGHI, C. I. et al. Investigación de parásitos intestinales en una comunidad aborigen de la provincia de Salta. Medicina, Buenos Aires, v. 67, n. 6, p. 705-708, 2007.; Gamboa et al., 2003GAMBOA, M. I. et al. Distribution of intestinal parasitoses in relation to environmental and sociocultural parameters in La Plata, Argentina. Journal of Helminthiasis, London, n. 77, p. 15-20, 2003.). A partir del trabajo etnográfico, observamos que la habitación donde se encuentran las camas, se utiliza para dormir o cuando se está mal de salud para hacer reposo. El resto de vida cotidiana ocurre en lo que se llama peridomicilio, espacio que para los moradores forma parte de su vivienda. La vivienda no sólo es lo que se encuentra al interior de las paredes. Toda la zona de lo que los investigadores entendemos como "afuera" es parte fundamental del hogar, donde se cocina, se juega, se hace la tarea y se come, entre otras actividades. De este modo, la existencia de pisos de cemento en habitaciones no garantiza el no contacto con la tierra. La tierra no sólo está en el suelo. Si no llueve, la misma vuela, entra en contacto con la piel, con la boca y las fosas nasales. Por otro lado, el contacto con la tierra no es exclusivo del "hábito de andar descalzos" (Menghi et al., 2007MENGHI, C. I. et al. Investigación de parásitos intestinales en una comunidad aborigen de la provincia de Salta. Medicina, Buenos Aires, v. 67, n. 6, p. 705-708, 2007.) sino también de las actividades de reproducción, tales como la cosecha manual. Esta población vive de la cosecha manual de frutas y/o verduras que no siempre se realiza con guantes
Relaciones laborales y condiciones sanitarias
Las relaciones de poder dentro de las estructuras de trabajo tienen influencia directa en los accesos a elementos básicos para la salud. En el Bananal la vida en las fincas se organiza en base a relaciones de poder donde no todos tienen el mismo acceso al agua. Aquellos trabajadores que no tienen acceso a la corriente eléctrica, sólo acceden al agua "detenida". Por otro lado, los encargados suelen tener mayor estabilidad laboral y ocupan las viviendas provistas por el patrón, construidas con mejores materiales (cemento y contrapiso) que las utilizadas por los jornaleros (paredes de madera y pisos de tierra). Ahora bien, no todas las viviendas de material han tenido el mantenimiento necesario para contrarrestar los efectos de los climas subtropicales. "Esta casa es para los cajones, esta casa es para verduras, no para personas, pero bueno, acá sólo nos podemos quedar y acá estaremos" explica la mujer de uno de los encargados, sentada en un ambiente de un depósito que utilizan como vivienda, donde se observaban rasgaduras que permitían filtraciones de agua e insectos en techos y paredes de cemento. Abordar la precariedad de derechos laborales de la población paciente, otorga herramientas para entender el espiral de vulnerabilidad (Flores, 2008FLORES, S. M. L. ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno-empresarial en México? El Cotidiano, Azcapotzalco, v. 23, n. 147, p. 25-33, 2008.) en torno a la cual se erigen las infestaciones parasitarias en esta zona del Chaco-salteño.
Reflexiones finales
En esta investigación se utilizaron lineamientos teórico metodológicos de la ecoepidemiología y la antropología médica para abordar la problemática sanitaria de las infestaciones por geohelmintiasis en el contexto rural del Departamento de Orán. La distribución desigual de las tierras en la zona, junto con las actividades productivas, definen los puestos laborales y las tierras disponibles para la población afectada por geohelmintiasis. Así pues, las relaciones laborales definen las viviendas a utilizar dentro del espacio de las fincas y la cercanía a las fuentes de abastecimiento de agua. La vida al "margen de las zonas productivas" (Rodríguez, 2009) y la erosión de los suelos que produce la actividad agrícola, constituyen dimensiones físicas y sociales del ambiente que aportan datos relevantes para elaborar explicaciones en torno a los ciclos de infestación.
La explicación del contexto habitacional y las complejas relaciones de poder del ámbito laboral en que se insertan las vidas de los trabajadores/pacientes, tiene el objetivo de complementar las explicaciones del campo de la epidemiología. Las actividades laborales definen la vida cotidiana de la población paciente y no siempre son considerados en las investigaciones epidemiológicas o en los censos realizados desde efectores de salud pública. Sería valioso realizar futuras investigaciones donde se crucen los resultados de la perspectiva epidemiológica con la antropológica, para dar cuenta de la situación de precariedad de derechos laborales y sociales en que esta población está inserta.
El enfoque etnográfico provee información detallada sobre las prácticas sanitarias y la construcción local de los riesgos, asociada al género y la edad de la población afectada. Estos datos nos permiten comprender la salud y la enfermedad tal como es experimentada en los contextos particulares donde ocurre (Sy, 2009SY, A. Una revision de los estudios en torno a enfermedades gastrointestinales: en busca de nuevas alternativas para el análisis de los procesos de salud-enfermedad. Salud Colectiva, Buenos Aires, v. 5, n. 1, p. 49-62, 2009.). Es importante considerar a los pacientes como sujetos de derechos y reflexionar en torno al concepto de salud que subyace a las explicaciones científicas. No se trata de promover que los sujetos "participen correctamente de la autogestión de su salud" (Milano; Oscherov, 2002MILANO, A. M. F.; OSCHEROV, E. B. Contaminación por parásitos caninos de importancia zoonótica en playas de la ciudad de Corrientes, Argentina. Parasitologia Latinoamericana, Buenos Aires, v. 57, n. 3/4, p. 119-123, 2002. Disponível em: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-77122002000300006&lng=es&nrm=iso>. Acesso em: 24 dez. 2013.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=s... ) sino de entender cómo comprenden su salud y como negocian los riesgos sanitarios a los cuáles su vida está expuesta. Estos datos pueden ser útiles para la regulación de riesgos laborales y la planificación de estrategias de prevención de la salud para los trabajadores y trabajadoras del ámbito rural.
Agradecimientos
A las familias del Bananal, la Lic. Nadia González, la Fundación Mundo Sano, Lic. Sonia Tarragona, Lic. Marcelo Abril, Dr. Alejandro Kroliewiecki, Lic. Marisa Juarez y demás integrantes del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Salta.
- 1El trabajo de campo etnográfico fue financiado por la Fundación Mundo Sano y la elaboración del presente artículo por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Proyecto PIP 0234 dirigido por la Dra. Andrea Szulc.
- 2En ella, el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales (IIET) de la Universidad Nacional de Salta (UNSA), con sede en la ciudad de Orán, Salta, Argentina, desarrolló un plan de desparasitación entre noviembre de 2010 y agosto 2011 en conjunto con Programa de Atención Primaria de la Salud de Salta y financiación de la ONG Mundo Sano (Socías, 2011SOCÍAS, M. E. Tratamientos comunitarios de geohelmintiasis en zonas endémicas para Strongyloides stercoralis. ENCUENTRO NACIONAL SOBRE ENFERMEDADES OLVIDADAS, 2 y SIMPOSIO INTERNACIONAL DE CONTROL EPIDEMIOLÓGICO DE ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES, 14. Libro de resúmenes… Buenos Aires: Fundación Mundo Sano, 2011, p. 34.).
- 3Según datos del Indec (2010)INDEC - INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA. Censo Nacional de Poblaciones, Hogares y Viviendas. Buenos Aires, 2010. Disponível em: <http://www.sig.indec.gov.ar/censo2010>. Acesso em: 26 nov. 2014.
http://www.sig.indec.gov.ar/censo2010... , el departamento de Orán cuenta con 138.838 habitantes, que se reparten en 31.859 hogares, de los cuales el 40, 2% no posee desagües cloacales. - 4Es un beneficio que le corresponde a los hijos de las personas desocupadas, que trabajan en el mercado informal o que ganan menos del salario mínimo, vital y móvil. Consiste en el pago mensual de $460 para niños menores de 18 años y de $1500 para chicos discapacitados sin límite de edad. Con la misma, el Estado busca asegurarse de que los niños y adolescentes asistan a la escuela, se realicen controles periódicos de salud y cumplan con el calendario de vacunación obligatorio, ya que éstos son requisitos indispensables para cobrarla (1/11/2009, decreto 1602/09). Disponible: http://www.anses.gob.ar/destacados/asignacion-universal-por-hijo-1. Acceso 24/9/2012.
- 5Nombre ficticio.
- 6Son grupos de personas que interactúan en forma cotidiana regular y permanente, a fin de asegurar mancomunadamente el logro de los siguientes objetivos: "su reproducción biológica, la preservación de su vida; el cumplimiento de todas aquellas prácticas económicas y no económicas indispensables, para la optimización de sus condiciones materiales y no materiales de existencia" (Torrado, 2006TORRADO, S. Familia y diferenciación social: cuestiones del método. Buenos Aires: Eudeba, 2006., p. 20). Los miembros deben compartir una vivienda o una cercanía residencial, conformando una unidad de consumo, con ingresos y gastos comunes y algunos de ellos poseen relaciones de parentesco.
- 7Según estimaciones del Ministerio de Economía de Salta, el departamento de Orán posee 6460 hectáreas a campo y 550 cubiertas. Disponible en: http://www.mecon.gov.ar/programanortegrande/documentos/Plan%20de%20Competitividad%20cluster%20horticola%20Salta%20Final.pdf. Acceso el: 21/2/2014.
- 8El promedio de superficie de las fincas oscila entre 500 y 1200 hectáreas (Rodríguez, 2009).
- 9El artículo 17, inciso 15 de la Constitución Argentina promueve a "Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos (…). Respetar el derecho a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer el estatuto jurídico de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de sus tierras…".
- 10Solo 18 de 97 comunidades relevadas en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas (RENACI) tienen la titularidad de las tierras: 5 con títulos individuales, 13 con títulos comunitarios, mientras que las otras 90 comunidades restantes no tienen título de propiedad (Buliubasich, 2008BULIUBASICH, C. El impacto territorial de la actividad económica: políticas públicas y dimensión cultural. Buenos Aires: ICG, 2008. Disponível em: <http://www.igc.org.ar/Documentos/elab%2008/buliubasich.pdf>. Acesso em: 20 jan. 2015.
http://www.igc.org.ar/Documentos/elab%20... , p. 28). Para profundizar sobre la situación dominial del territorio ocupado por las comunidades indígenas del departamento de San Martín, puede consultarse el relevamiento llevado a cabo por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Universidad Nacional de Salta (Buliubasich; Rodríguez, 2009BULIUBASICH, C.; RODRÍGUEZ, H. Panorama etnográfico, histórico y ambiental. In: BULIUBASICH, C.; GONZALEZ, A. (Coord.) Los pueblos indígenas de la provincia de Salta: la posesión y el dominio de sus tierras. Salta: Universidad Nacional de Salta, 2009. p. 21-32. Disponível em: <http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2012/12/P-Ind-de-Salta_-La-posesion-y-dominio-de-sus-tierras_InformeDDHH.pdf>. Acesso em: 26 nov. 2014.
http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2... ). - 11Por prestaciones sociales definimos nos referimos a cargas de seguridad social. De todos modos, en el 91% de las UD, los menores de 16 recibían AUH.
- 12Existen acciones desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que buscan regularizar la situaciones de los trabajadores rurales. Desde la AFIP las acciones se basan en fiscalizar y desde Ministerio se promueven Convenios de Corresponsabilidad Gremial ver http://www.trabajo.gov.ar/seguridadsocial/convenios.asp.
- 13Frases encodilladas itálicas pertenecen a frases de aquellos que respondieron el cuestionario.
- 14Disponible en: http://www.estudiocontableaeh.com.ar/novedades9/la_afip_detecto_empleo_rural_esclavo_en_salta-3437;http://www.elpaisdehoy.com.ar/nota/5515.Acceso el 9/11/2012.
- 15El dueño de la finca puede no ser el dueño de la tierra, sino un arrendador de la misma.
- 16Nombre local que reciben los empleados que cobran por día de trabajo.
- 17El valor del peso argentino ha fluctuado en los últimos años. En 2010 –cuando se inició la investigación 1USD=$3,92 argentinos y actualmente 1USD=$7,82 al cambio oficial.
- 18Modo local de llamar los grupos de viviendas de los trabajadores jornaleros.
- 19La pensión es un lugar donde existen bebidas y comidas de venta al público, que trabajen o no en las fincas.
- 20Es la relación entre la cantidad de ambientes del hogar y el número de personas: se considera como hacinamiento crítico los hogares con más de tres personas por cuarto, sin contar el baño y la cocina (Indec, 2014INDEC - INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA. Sistemas de estadísticas sociodemográficas: definiciones y conceptos utilizados en los cuadros. Buenos Aires: Ministerio de Economía de la Nación, 2014. Disponível em: <http://www.indec.mecon.ar/desaweb/ftp//nuevaweb/cuadros/7/sesd_glosario.pdf>. Acesso em: 19 jan. 2015.
http://www.indec.mecon.ar/desaweb/ftp//n... ). - 21Se llama desarreglo a cualquier malestar sentido, pero preferentemente las personas se refieren a la diarrea.
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Fechas de Publicación
- Publicación en esta colección
Jan-Mar 2015
Histórico
- Recibido
15 Ago 2013 - Revisado
07 Feb 2014 - Acepto
23 Feb 2014