Resumo em Espanhol:
OBJETIVO: La creciente carga de trastornos mentales que afecta a las poblaciones de América Latina y el Caribe es demasiado grande para hacer caso omiso de ella. Por lo tanto, es una necesidad impostergable conocer la prevalencia de los trastornos mentales y la brecha de tratamiento, que está dada por la diferencia entre las tasas de prevalencia verdadera y las de las personas que han sido tratadas, que en algunos casos es grande pese a la existencia de tratamientos eficaces. Si se dispone de mayor informacion, se hace más factible 1) abogar mejor por los intereses de las personas que necesitan atención, 2) adoptar políticas más eficaces, 3) formular programas de intervención innovadores y 4) adjudicar recursos en conformidad con las necesidades observadas. MÉTODOS: Los datos se obtuvieron de estudios comunitarios publicados en América Latina y el Caribe entre 1980 y 2004. En esas investigaciones epidemiológicas se usaron instrumentos diagnósticos estructurados y se estimaron tasas de prevalencia. Las tasas brutas de diversos trastornos psiquiátricos en América Latina y el Caribe se estimaron a partir de las tasas media y mediana extraídas de los estudios, desglosadas por sexo. También se extrajeron los datos correspondientes al uso de servicios de salud mental para poder calcular la brecha en el tratamiento según trastornos específicos. RESULTADOS: Las psicosis no afectivas (entre ellas la esquizofrenia) tuvieron una prevalencia media estimada durante el año precedente de 1,0%; la depresión mayor, de 4,9%; y el abuso o la dependencia del alcohol, de 5,7%. Más de la tercera parte de las personas afectadas por psicosis no afectivas, más de la mitad de las afectadas por trastornos de ansiedad, y cerca de tres cuartas partes de las que abusaban o dependían del alcohol no habían recibido tratamiento psiquiátrico alguno, sea en un servicio especializado o en uno de tipo general. CONCLUSIONES: La actual brecha en el tratamiento de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe sigue siendo abrumadora. Además, las tasas actuales probablemente subestiman el número de personas sin atención. La transición epidemiológica y los cambios en la composición poblacional acentuarán aun más la brecha en la atención en América Latina y el Caribe, a no ser que se formulen nuevas políticas de salud mental o que se actualicen las existentes, procurando incluir en ellas la extensión de los programas y servicios.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: The growing burden of mental disorders in Latin America and the Caribbean has become too large to ignore. There is a need to know more about the prevalence of mental disorders and the gap between the number of individuals with psychiatric disorders and the number of those persons who remain untreated even though effective treatments exist. Having that knowledge would make it possible to improve advocacy, adopt better policies, formulate innovative intervention programs, and apportion resources commensurate with needs. METHODS: Data were extracted from community-based psychiatric epidemiological studies published in Latin America and the Caribbean from 1980 through 2004 that used structured diagnostic instruments and provided prevalence rates. Estimates of the crude rates in Latin America and the Caribbean for the various disorders were determined by calculating the mean and median rates across the studies, by gender. In addition, data on service utilization were reviewed in order to calculate the treatment gap for specific disorders. RESULTS: Nonaffective psychosis (including schizophrenia) had an estimated mean one-year prevalence rate of 1.0%; major depression, 4.9%; and alcohol use abuse or dependence, 5.7%. Over one-third of individuals with nonaffective psychosis, over half of those with an anxiety disorder, and some three-fourths of those with alcohol use abuse or dependence did not receive mental health care from either specialized or general health services. CONCLUSIONS: The current treatment gap in mental health care in Latin America and the Caribbean remains wide. Further, current data likely greatly underestimate the number of untreated individuals. The epidemiological transition and changes in the population structure will further widen the treatment gap in Latin America and the Caribbean unless mental health policies are formulated or updated and programs and services are expanded.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Describir las tendencias observadas en el consumo de alcohol en el continente americano, calcular la carga de morbilidad atribuible al alcohol en 2000 y examinar las consecuencias de políticas encaminadas a reducir la carga de enfermedad relacionada con el consumo de alcohol. MÉTODOS: Dos aspectos de la exposición al alcohol se abarcaron en este análisis de datos secundarios: el volumen promedio de alcohol consumido y los hábitos de consumo. Se establecieron dos parámetros de interés principales: la mortalidad (número de defunciones) y los años de vida perdidos, calculados en función de la presencia de discapacidad (DALY) (es decir, los años perdidos como resultado de una muerte temprana y de la presencia de discapacidad). Se hicieron cálculos separados en función del sexo, el grupo de edad y la región de la Organización Mundial de la Salud. RESULTADOS: A pesar de que se observan diferencias regionales, el consumo de alcohol en el continente americano fue, en promedio, más de 50% mayor que en el mundo en general. Se advirtió la tendencia a beber en exceso de manera errática. El consumo de alcohol explica una elevada fracción de la carga de morbilidad: 4,8% de todas las muertes y 9,7% de todos los DALYs perdidos en 2000 se atribuyeron al consumo de alcohol, y la mayor parte de esta carga de morbilidad se observó en países que no pertenecen a América del Norte. Traumatismos intencionados y no intencionados fueron causa de 59,8% de todas las defunciones relacionadas con el consumo de alcohol y de 38,4% de la carga de morbilidad correspondiente. De todos los factores de riesgo comparados en este trabajo, el alcohol aportó la mayor proporción del riesgo, seguido del tabaco. CONCLUSIONES: Se deben llevar a cabo intervenciones para reducir la elevada carga de morbilidad relacionada con el alcohol en el continente americano. Dada la estructura epidemiológica de esta carga, la prevención de traumatismos -no solo los provocados por accidentes de tránsito sino otros también-, así como la provisión de tratamientos adecuados, debe ser parte importante de todo plan general dirigido a reducir la carga sanitaria asociada con el consumo de alcohol.Resumo em Inglês:
OBJECTIVES: To describe patterns of alcohol consumption in the Americas, to estimate the burden of disease attributable to alcohol in the year 2000, and to suggest implications for policies to reduce alcohol-related disease burden. METHODS: Two dimensions of alcohol exposure were included in this secondary data analysis: average volume of alcohol consumption and patterns of drinking. There were two main outcome measures: mortality (number of deaths) and disability-adjusted life years (DALYs) lost (number of years of life lost due to premature mortality and disability). Separate estimates were obtained for different sexes, age groups and WHO regions. RESULTS: Despite regional variations, alcohol consumption in the Americas averaged more than 50% higher than worldwide consumption. Patterns of irregular heavy drinking prevailed. Alcohol consumption caused a considerable disease burden: 4.8% of all the deaths and 9.7% of all DALYs lost in the year 2000 were attributable to drinking, with most of the burden occurring outside North America. Intentional and unintentional injuries accounted for 59.8% of all alcohol-related deaths and 38.4% of the alcohol-related disease burden. Of all risk factors compared here, alcohol accounted for the greatest proportion of risk, followed by smoking. CONCLUSIONS: Interventions should be implemented to reduce the high burden of alcohol-related disease in the Americas. Given the epidemiological structure of this burden, injury prevention including, but not restricted to, prevention of traffic injuries, as well as appropriate treatment options, should play an important role in comprehensive plans to reduce the alcohol-related public health burden.Resumo em Português:
OBJETIVO: Descrever o uso de substâncias, a soroprevalência e a presença de situações de risco para infecção por HIV em indivíduos que buscaram testagem sorológica em um centro municipal e em um centro estadual de testagem e aconselhamento na Cidade de Porto Alegre (RS), Brasil. MÉTODO: Através de um delineamento transversal, foi obtida uma amostra de conveniência de 1 026 homens e mulheres com idade entre 15 e 60 anos. Foram incluídos todos os indivíduos que, após uma triagem inicial, descreviam qualquer uso de droga ou qualquer comportamento ou situação de risco para a transmissão do HIV. Para avaliar a exposição a situações de risco, utilizou-se o questionário de comportamento de risco para AIDS, uma versão do risk assessment battery (RAB) traduzida para o português brasileiro. As amostras de sangue foram testadas para anticorpos anti-HIV usando o método imunoenzimático (ELISA). Antes do exame, cada indivíduo participava de uma sessão de aconselhamento em grupo (máximo de 20 participantes) sobre HIV e AIDS, de acordo com os critérios do Ministério da Saúde do Brasil. RESULTADOS: A taxa de soropositividade para a amostra em geral foi alta, de 15,1%. O uso de substâncias não explicou toda a exposição ao risco; o uso de drogas injetáveis ao longo da vida, apesar de apresentar uma razão de chances (OR) de 7,6 (IC95% = 4,4 a 13,0) para soropositividade, esteve presente em apenas 10,3% das respostas. Gênero masculino (OR = 1,8; IC95% = 1,1 a 2,8), renda familiar inferior a 3 salários mínimos por mês (OR = 2,1; IC95% = 1,3 a 3,5), idade acima de 25 anos (OR = 1,7; IC95% = 1,1 a 2,7) e ter tido relação sexual com possível indivíduo soropositivo (OR = 1,8; IC95% = 1,1 a 3,2) estiveram associados com soropositividade. CONCLUSÕES: Mesmo o uso não regular ou sistemático de substâncias, em especial sob forma endovenosa, aumenta as chances de soropositividade. A transmissão sexual teve um papel importante na soropositividade nesta amostra, indicando que a diminuição do senso crítico pelo uso de drogas pode comprometer a avaliação de situações de risco e contribuir para a transmissão do HIV.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To describe substance use, HIV seroprevalence, and risk of exposure to HIV infection in individuals seeking HIV testing in two screening centers (a municipal one and a state one) in the city of Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brazil. METHODS: Using a cross-sectional design, we enrolled a convenience sample of 1 026 men and women between 15 and 60 years of age. We included all the subjects who, after an initial triage, reported any drug use or any behavior or situation with risk of HIV transmission. A Brazilian-Portuguese version of the Risk Assessment Battery was used to assess exposure to risk situations. Blood samples were tested for anti-HIV antibodies, using enzyme-linked immunosorbent assay. Before the blood test, individuals participated in a group counseling session (with a maximum of 20 participants) on HIV and AIDS, in line with the criteria of the Ministry of Health of Brazil. RESULTS: Among the sample, a high overall HIV seroprevalence was found, 15.1%. Drug use did not explain all of the risk exposure. In comparison to those who reported no injecting drug use, the odds ratio (OR) for being HIV-positive for those who reported injecting drug use at some point in their life was 7.6 (95% confidence interval (CI) = 4.4 to 13.0). However, only 10.3% of the sample reported any injecting drug use. The variables that were associated with HIV seropositivity were: male gender (OR = 1.8; 95% CI = 1.1 to 2.8), monthly family income below three times the minimum-salary amount (OR = 2.1; 95% CI = 1.3 to 3.5), age over 25 (OR = 1.7; 95% CI = 1.1 to 2.7), and having had sexual relations with a partner who was possibly HIV-positive (OR = 1.8; 95% CI = 1.1 to 3.2). CONCLUSIONS: Even irregular or occasional drug use increases the odds of seropositivity, particularly if intravenous drugs are used. Sexual transmission played an important role in seropositivity in this sample, indicating that drug use can affect the judgment of risk and thus contribute to HIV transmission.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Informar acerca de la epidemiología de trastornos mentales comunes en el Caribe angloparlante. MÉTODOS: Se rastrearon las bases de datos electrónicas de MEDLINE, MEDCARIB y West Indiana usando las palabras Caribbean más psychiatry, o mental, o suicide y se eligieron y revisaron los materiales que proporcionaban datos epidemiológicos. RESULTADOS: La incidencia de la esquizofrenia por cada 10 000 habitantes, ajustada según la edad, es de 2,09 en Jamaica y de 2,92 en Barbados. En Trinidad, la incidencia del trastorno es de 2,2 por cada 1 000 habitantes. Estas tasas son menores que las notificadas en ingleses de raza blanca y más bajas, en grado estadísticamente significativo, que las tasas observadas en afrocaribeños residentes de Inglaterra, en quienes el riesgo de padecer esquizofrenia es de 16 a 18 veces mayor. Un estudio diagnóstico comparativo llevado a cabo en el Reino Unido apunta a que los errores de diagnóstico explican esta diferencia en gran medida. Tasas de incidencia relativamente bajas de trastornos afectivos, estados de ansiedad, suicidio e intento de suicidio se han notificado en Jamaica, Trinidad y Barbados. DISCUSIÓN: La mayoría de los estudios epidemiológicos publicados sobre poblaciones caribeñas se concentran en la esquizofrenia debido al elevado riesgo de padecer este trastorno que se observa en afrocaribeños residentes de Inglaterra, por comparación con los ingleses de raza blanca. Hay cada vez más indicios de que la causa radica en el racismo y en la marginación social que sufre la población negra radicada en el Reino Unido, y en los diagnósticos equivocados emitidos por psiquiatras blancos. Los estudios sobre el papel de la esclavitud y la ingeniería social en las colonias llaman la atención a la posibilidad etiológica de que la organización social y estructural de la comunidad desempeñe un papel en el origen de la esquizofrenia. Por consiguiente, el Caribe representa un estupendo crisol para la investigación de la distribución epidemiológica y las causas de los trastornos mentales.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To report on the epidemiology of schizophrenia and other common mental health disorders in the English-speaking Caribbean. METHODS: The MEDLINE, MEDCARIB and West Indiana electronic databases were searched with the phrases Caribbean AND psychiatry OR mental OR suicide, and items with specific reference to epidemiology were culled and reviewed. RESULTS: The age-corrected incidence rate for schizophrenia per 10 000 is 2.09 in Jamaica, 2.2 per 1000 in Trinidad, and 2.92 in Barbados. These rates are lower than the incidence rates reported for white British people, and significantly lower that the 6- to 18-fold higher risk ratio incidence reported for African Caribbeans living in Britain. A comparative diagnostic study carried out in the United Kingdom (UK) suggests that misdiagnosis plays a significant role in this difference. Relatively low incidence figures for affective disorders, anxiety states, suicide and attempted suicide have been reported for Jamaica, Trinidad, and Barbados. DISCUSSION: Most published epidemiological studies of Caribbean populations center on schizophrenia, because of the startling findings of a large increase in risk ratios for African Caribbean people living in England compared to the white native British people. The etiological evidence is shifting toward factors of racism and social alienation experienced by black people in the UK, and to misdiagnosis by white British psychiatrists. Studies of the role of colonial enslavement and social engineering raise the etiological possibility of a role for social and structural community organization in the genesis of schizophrenia. The Caribbean thus represents a rich crucible for research in the epidemiology and etiology of mental health disorders.Resumo em Espanhol:
OBJETIVO: Describir el patrón de uso de servicios generales y especializados entre los adultos con problemas de salud mental, así como su nivel de satisfacción con dichos servicios, con la finalidad de contribuir a optimizar los escasos recursos disponibles en la Región para la atención de la salud mental, particularmente en lo que corresponde a Chile. MÉTODO: Los diagnósticos y los patrones de uso de los servicios de salud mental se obtuvieron del Estudio Chileno de Prevalencia Psiquiátrica (ECPP), una investigación representativa de la población adulta del país, basada en una muestra aleatoria estratificada de 2 987 personas de 15 años y más, que abarcó el período de 1992 a 1999. Los diagnósticos psiquiátricos se obtuvieron por medio del instrumento de entrevista denominado Composite International Diagnostic Interview (CIDI). Asimismo, se preguntó a los entrevistados acerca del uso de servicios generales y de salud mental en los seis meses precedentes y sobre las dificultades que encontraron para acceder a ellos. RESULTADOS: Más de 44% de los entrevistados tuvieron contacto con algún tipo de servicio de salud durante los 6 meses previos al estudio, pero solo 5,6% recibieron atención especializada. Quienes presentan los diagnósticos de trastorno obsesivo y de pánico consultan con mayor frecuencia, pero no en centros especializados. El consumo de sustancias tóxicas y la personalidad antisocial se relacionaron con un bajo nivel de consulta. El sistema formal de salud es la opción que más se menciona como recurso de ayuda. Más de 75% refieren satisfacción o gran satisfacción con la atención recibida. CONCLUSIONES: Se confirma la existencia de una amplia brecha entre las necesidades de atención y el tratamiento realmente recibido. Los recursos alternativos informales y folclóricos (sacerdote, familiares, curanderos, hierbateros [yerberos], etc.) se utilizan con una frecuencia menor de la esperada. Las barreras indirectas de acceso a los servicios resultan claramente más frecuentes y se vinculan con desconocimiento y estigma. Un número importante de personas sin diagnóstico positivo en la entrevista CIDI hace uso de los servicios de salud mental.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To describe the patterns in the use of general health services and specialized health services among adults with mental health problems in Chile, as well as those persons' level of satisfaction with the services. The overall objective was to optimize the use of the limited resources available for mental health care in the countries of the Americas, especially Chile. METHODS: The diagnoses and the patterns of use of mental health services were obtained from the Chilean Study of Psychiatric Prevalence (Estudio Chileno de Prevalencia Psiquiátrica). That representative research on the adult population of Chile was based on a stratified random sample of 2 987 people 15 years old and older, done over the period of 1992 to 1999. The psychiatric diagnoses were obtained using the Composite International Diagnostic Interview (CIDI). The interviewees were also asked about their use of general health care services and of mental health services in the preceding six months, as well as any barriers to accessing the services. RESULTS: More than 44% of the interviewees had had contact with some type of health service during the six months prior to the study, but only 5.6% received specialized care. Those who presented with a diagnosis of obsessive-compulsive disorder or of panic disorder consulted more frequently, but not in specialized centers. Consumption of substances such as alcohol and drugs as well as antisocial personality disorder were associated with a low level of consultation. When asked about sources of assistance for mental health problems, the majority of the interviewees mentioned only the formal health care system. More than 75% of the interviewees said that they were satisfied or very satisfied with the care that they had received. CONCLUSIONS: Our results confirm the existence of a wide gap between the need for care and the treatment that is actually received. The informal and folkloric alternative resources (priests, family members, healers, herbalists, etc.) were used less frequently than is generally believed to be true. The indirect barriers of access to services-linked to a lack of knowledge and to stigma-were more frequent than were the direct barriers. A sizable number of people who did not have a positive diagnosis on the CIDI utilized mental health services.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Calcular las tasas de infección por el virus de la hepatitis B (VHB) en usuarios de drogas inyectadas en Río de Janeiro, Brasil, y dar a conocer sus conocimientos y actitudes en torno a la hepatitis y a la vacunación contra el VHB. MÉTODOS: Seiscientos nueve usuarios de drogas que se reclutaron en Río de Janeiro entre 1999 y 2001 respondieron a un cuestionario y fueron sometidos a pruebas para detectar la presencia de hepatitis B y de otras infecciones transmitidas por la sangre. Las preguntas versaban sobre aspectos sociodemográficos, el consumo de alcohol y de drogas ilícitas, el modo de inyección de las drogas y las prácticas sexuales, los antecedentes médicos y los conocimientos sobre el VIH, el sida y la hepatitis viral. RESULTADOS: La prevalencia de infección por el VHB fue de 27,1%; 3,4% de la muestra tuvo resultados positivos al HB Ag (infección activa) y 0,8% a anticuerpos anti-HBs (indicadores de que ya se ha recibido la vacuna contra el VHB). La mayor parte de las personas entrevistadas afirmaron no haber sido vacunadas contra la hepatitis B, pero casi todos las que no habían recibido la vacuna (97,8%) manifestaron estar dispuestas a vacunarse si se elaborase una vacuna. CONCLUSIONES: Pocos de los usuarios de drogas inyectadas habían sido vacunados contra el VHB. Aunque la mayor parte eran conscientes de los peligros que acarrea la hepatitis viral, ello raras veces se traducía en un cambio conductual invariable. La disposición de los participantes a vacunarse contra el VHB indica que si se implementase la vacunación en esta población se lograría reducir las tasas de hepatitis B.Resumo em Inglês:
OBJECTIVES: To measure hepatitis B virus (HBV) infection rates among injection drug users in Rio de Janeiro, Brazil, and to report their knowledge of and attitudes toward hepatitis and HBV vaccination. METHODS: 609 injection drug users recruited in Rio de Janeiro between 1999 and 2001 answered a questionnaire and were tested for hepatitis B and other blood-borne infections. Questions covered sociodemographic information, alcohol and illicit drug consumption, drug injection and sexual practices, medical history, and knowledge about HIV, AIDS and viral hepatitis. RESULTS: The prevalence of HBV infection was 27.1% , with 3.4% of the sample positive for HbsAg (active infection) and 0.8% positive for anti-HBs (indicating previous HBV vaccination). Most interviewees (81.3%) were aware of at least one form of viral hepatitis and received information from many different sources. In agreement with laboratory findings, 96.7% of the interviewees stated they had never been vaccinated against hepatitis B, but almost all unvaccinated interviewees (97.8%) said they would volunteer to be vaccinated if HBV vaccination were available. CONCLUSIONS: Few of the injection drug users surveyed had ever been vaccinated against HBV. Although most were aware of the risks posed by viral hepatitis, this awareness seldom translated into consistent behavioral change. The participants' willingness to be vaccinated against HBV suggests that the implementation of vaccination for this population may help decrease rates of hepatitis B infection.Resumo em Espanhol:
OBJETIVO: Realizar una evaluación preliminar del Programa para la Detección, Diagnóstico y Tratamiento Integral de la Depresión, instituido por el Ministerio de Salud de Chile. MÉTODOS: Se realizó un seguimiento de tres meses de un grupo de mujeres que ingresaron en este programa en ocho centros de atención primaria de tres regiones de Chile. La muestra inicial estuvo constituida por 229 personas, de las cuales 169 pudieron entrevistarse a los tres meses. Se estudiaron variables sociodemográficas, factores de riesgo psicosocial, síntomas ansiosos y somatomorfos y el grado de satisfacción con la atención recibida. El cuadro depresivo se evaluó con el Inventario de Depresión de Beck. Se analizaron los tratamientos e intervenciones prescritos a las mujeres. RESULTADOS: La decisión de ingresar a las pacientes en el programa resultó pertinente, ya que 95,2% tenían un cuadro depresivo. La concordancia en cuanto a la gravedad del cuadro clínico fue cercana a 50%, con una tendencia a subestimarla. La tasa de abandono del programa fue de 19,5% a los tres meses de seguimiento. Las mujeres que se retiran tienden a presentar un cuadro clínico menos complejo (síntomas ansiosos y somatomorfos menos intensos), así como un menor número de factores de riesgo psicosocial y una menor satisfacción con la atención recibida. Entre las pacientes del programa se observó buena adherencia al tratamiento farmacológico (73,3%) y regular a la psicoterapia individual (47,4%) y a la intervención grupal (37,8%). Se observó un descenso significativo en la intensidad de los síntomas depresivos a los tres meses, el cual fue mayor entre las que presentaban cuadros más graves. Se encontró también un descenso significativo de los síntomas ansiosos y somatomorfos. CONCLUSIÓN: La evaluación preliminar indica que el programa está cumpliendo con los objetivos propuestos, si bien parece necesario desarrollar estrategias específicas para mejorar la precisión en el diagnóstico clínico y el cumplimiento de los tratamientos ofrecidos.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To conduct a preliminary evaluation of the Program for Depression Detection, Diagnosis, and Comprehensive Treatment, which was developed by the Ministry of Health of Chile. MATERIAL AND METHODS: A group of women who had entered the Depression Program in eight primary care centers in three regions of Chile were monitored for three months. The initial sample was made up of 229 women, of whom 169 were able to be interviewed at the end of the three months. Sociodemographic variables, psychosocial risk factors, anxiety and somatic symptoms, and the degree of satisfaction with the care received were studied. Depressive symptoms were evaluated with the Beck Depression Inventory (BDI). The treatments prescribed for the women were also analyzed. RESULTS: The clinicians' decision to enroll the patients in the Depression Program was appropriate, with 95.2% of the women having depressive symptoms, according to the BDI. The accuracy in the clinical assessment of the severity of the symptoms was around 50%, with a tendency to underestimate the severity of the depression. The dropout rate for the women was 19.5% at the end of three months of monitoring. Those who dropped out tended to present less severe clinical symptoms (less intense anxiety and somatic symptoms), a smaller number of psychosocial risk factors, and a lower level of satisfaction with the care received. The patients showed good adherence (73.3%) with the pharmacological treatment, but less with the individual psychotherapy (47.4%) and the group psychotherapy (37.8%). A significant decline was seen in the intensity of the depressive symptoms by the end of the three months, with the decline being greater among the women with more serious symptoms. There was also a significant decline in anxiety and somatic symptoms. CONCLUSIONS: The preliminary evaluation indicates that the Depression Program is meeting the proposed objectives, although there appears to be a need to develop specific strategies to improve the accuracy of the clinical diagnosis as well as compliance with the treatments that are offered.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: En América Latina no se han estudiado suficientemente los trastornos por estrés postraumático (TSP) y otras afecciones piscopatológicas mediante muestras basadas en la comunidad. El presente estudio explora varias reacciones psicopatológicas y sus respectivos factores de riesgo dos meses después de que el huracán Mitch azotó Honduras en octubre de 1998. MÉTODOS: En Tegucigalpa, capital de Honduras, se seleccionó a 800 personas de 15 años de edad o más que vivían en áreas residenciales consideradas de estatus socioeconómico alto, medio o bajo y que habían sufrido los devastadores efectos del huracán en mayor o en menor medida. Para diagnosticar los casos de TSP se utilizó la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta. La depresión, el abuso de alcohol y la reacción de dolor se evaluaron mediante encuestas de tamizaje, mientras que para la desmoralización se empleó el Cuestionario de Síntomas. Se aplicó la Escala de Impacto de Eventos para establecer la gravedad de la reacción postraumática. RESULTADOS: Se encontró TSP en 10,6% de la muestra. Los encuestados de las áreas residenciales más afectadas estaban más angustiados, tuvieron una mayor puntuación en la evaluación de sufrimiento, y presentaron síntomas de TSP de mayor gravedad. También presentaron mayores tasas de prevalencia de depresión mayor, alcoholismo y problemas emocionales previos. El mejor modelo explicativo del riesgo de sufrir TSP tomó en cuenta el grado de exposición según los eventos traumáticos informados y el incremento de la desmoralización asociada con ellos. Entre las personas con TSP, los factores pronóstico de la gravedad de los trastornos fueron el pertenecer al sexo femenino y el grado de exposición a los eventos traumáticos relacionados con el huracán. CONCLUSIONES: Se calcula que del total de 3,3 millones de adultos (de 15 años de edad o más) habitantes de Honduras, más de 492 000 han sufrido TSP debido al huracán Mitch. Para contar con una adecuada preparación sanitaria y ofrecer una apropiada respuesta ante los desastres es necesario reconocer en profundidad los múltiples efectos psicológicos que experimentan las víctimas.Resumo em Inglês:
BACKGROUND: Posttraumatic stress disorder (PTSD) and other psychopathological outcomes have not been sufficiently studied in community-based samples in Latin America. This study explored various psychopathological reactions and their respective risk factors two months after Hurricane Mitch struck Honduras in October 1998. METHODS: In the Honduran capital of Tegucigalpa, 800 respondents age 15 and older were selected from residential areas of high, middle, or low socioeconomic status that had suffered either high or low impact from the devastating effects of the hurricane. The Composite International Diagnostic Interview was used to diagnose PTSD. Depression, alcohol misuse, and grief reaction were examined using screening instruments, and the Self-Reporting Questionnaire was used to measure demoralization. The Impact of Event Scale was administered to ascertain the severity of the posttraumatic reaction. RESULTS: PTSD was present in 10.6% of the sample. Respondents from the high-impact residential areas were more distressed, had higher scores on the grief inventory, and showed greater severity in PTSD symptoms. The respondents from the high-impact residential areas also had higher prevalence rates of major depression, alcoholism, and prior emotional problems. The best explanatory model for the risk of developing PTSD included the degree of exposure based on reported traumatic events, and associated increased demoralization. Among the persons with PTSD, its severity was predicted by being female and by the degree of exposure to hurricane-related traumatic events. CONCLUSIONS: Out of a total population of 3.3 million adults (age 15 and older) in Honduras, it is estimated that over 492 000 of them may have developed PTSD due to Hurricane Mitch. Adequate health disaster preparedness and response requires full acknowledgement of the multiple psychological effects that victims experience.Resumo em Português:
OBJETIVO: Identificar a percepção quanto à epilepsia dos profissionais médicos e não-médicos que atuam na rede básica de saúde no Brasil. MÉTODO: Os dados foram coletados durante o VI Congresso Brasileiro de Medicina de Família e Comunidade e VI Congresso de Medicina Familiar, realizados em 2004 no Rio de Janeiro, com 1 200 participantes de todo o Brasil. Foram aplicados dois questionários, um para os médicos e outro para profissionais não-médicos da área da saúde. RESULTADOS: Quinhentas e noventa e oito pessoas responderam aos questionários. Tanto os 345 médicos como os 253 não-médicos mostraram uma percepção adequada sobre a epilepsia. A porcentagem média estimada (auto-informada) de pessoas com epilepsia na população atendida pelos profissionais que participaram do estudo foi de 0,78% (286 respostas; 0 a 8%; mediana = 0,37%); de pacientes com crises controladas, 60%; de pacientes em monoterapia, 55%; de médicos que encaminhavam seus pacientes para o neurologista, 59%; e de pacientes que estavam trabalhando ou estudando, 56%. Do total de médicos, 252 (73%) informaram não se sentir seguros no manejo de pessoas com epilepsia, enquanto 84 (24%) sentiam-se seguros e nove (3%) não sabiam; dos 252 médicos que se sentiam inseguros, 226 (90%) disseram que participariam de um treinamento para melhorar a qualidade do atendimento médico na epilepsia. CONCLUSÃO: Os profissionais que participaram do estudo, atuantes no sistema básico de saúde, indicaram que o sistema tem os elementos fundamentais para o tratamento integral da epilepsia. Contudo, para garantir o estabelecimento de um programa efetivo e eficiente de manejo da epilepsia na rede básica, são necessárias: uma rede de referência e contra-referência, a distribuição contínua de drogas anti-epilépticas, a monitorização do manejo da epilepsia pelo Sistema de Informação da Atenção Básica do governo federal e a educação continuada de profissionais de saúde, com ênfase inclusive no apoio psicológico e inserção social dos pacientes portadores de epilepsia.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To assess attitudes and beliefs concerning epilepsy held by physicians and allied health professionals who work in the primary care network in Brazil. METHODS: The data were collected during a national family and community medicine conference held in Rio de Janeiro in 2004, which was attended by 1 200 health professionals from throughout the country. Two questionnaires were used, one for physicians and another for nonphysician health workers. RESULTS: A total of 598 conference participants (345 physicians and 253 nonphysician health professionals) completed a questionnaire. Both the physicians and the nonphysician health professionals had acceptable personal attitudes towards persons with epilepsy.According to data from 286 physicians who provided information, the estimated mean percentage of individuals with epilepsy in the populations cared for by the physicians' health care systems in the preceding year was 0.78% (range, 0 to 8%; median = 0.37%). The estimated mean percentage of seizure-free patients was 60%. The estimated mean percentage of persons on monotherapy was 55%. The estimated mean percentage of referrals to a neurologist was 59%. The estimated mean percentage of patients who were working or studying was 56%. Of the 345 physicians, 252 of them (73%) reported not feeling confident about managing individuals with epilepsy, whereas 84 (24%) felt confident, and 9 (3%) were not sure. Of the 252 physicians who did not feel confident, 226 (90%) said that they would participate in a training program to improve the quality of the care provided to individuals with epilepsy. CONCLUSIONS: The professionals participating in the study indicated that the primary care system has the essential elements needed to provide comprehensive epilepsy care, including professional personnel who want to improve their skills. However, establishing an efficient, effective program of epilepsy management in the primary care network will require an effective referral network, regular distribution of antiepileptic drugs, the close monitoring of epilepsy management by using the federal primary health information system, and the ongoing education of health professionals, with emphasis on psychological support and the inclusion in society of individuals with epilepsy.Resumo em Espanhol:
RESUMEN OBJETIVO: En el trabajo se revisan los datos acerca del consumo de drogas en relación con la propagación del virus de la inmunodeficiencia humana y el sida en Amé-rica del Sur y el Caribe. MÉTODOS: La información se obtuvo mediante una revisión exhaustiva de las principales bases de datos bibliográficas, así como de sitios en la web pertenecientes a instituciones internacionales y redes regionales cuya labor comprende medidas contra el uso indebido de sustancias o el virus de la inmunodeficiencia humana y el sida, más los resúmenes de conferencias y reuniones. RESULTADOS: Aunque sigue habiendo aspectos que se desconocen, hay cada vez más datos que apuntan al importante papel que desempeña el uso de cocaína inyectada en las epidemias que aquejan al Brasil y al Cono Sur. Las áreas caribeña y andina hasta ahora se han visto poco afectadas por la diseminación del consumo de drogas inyectadas y sus consecuencias, pero en países del Cono Sur la situación ha venido cambiando, observándose ahora una mayor prevalencia de prácticas peligrosas relacionadas con la inyección. La mayor disponibilidad actual de la heroína en el Área Andina y el abuso del crack (basuco) y su impacto en la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana por la vía sexual en muchas ciudades se suman a los otros retos planteados. Estrategias orientadas a reducir el peligro se han establecido en la mayor parte del territorio brasileño y están cobrando impulso en la Argentina, pero en otros países de la Región sigue habiendo obstáculos en forma de leyes restrictivas y la falta de un apoyo más amplio. CONCLUSIÓN: Es menester fomentar una mayor participación de los países latinoamericanos y caribeños en los protocolos de investigación y en los debates en torno a experiencias fructíferas y fallidas, todo con el fin de reducir a un mínimo las actuales barreras que impiden adoptar medidas eficaces para frenar la epidemia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana y el sida en esta región.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: The paper reviews data on drug use in relation to the spread of human immuno-deficiency virus and AIDS in South America and the Caribbean. METHODS: Information was gathered by thoroughly reviewing major bibliographic databanks, web sites of international institutions and regional networks working with substance misuse or human immunodeficiency virus and AIDS, and abstracts from conferences and meetings. RESULTS: Although some gaps remain, a growing body of evidence documents the significant role of injected cocaine in the Brazilian and Southern Cone epidemics. The Caribbean and the Andean areas have thus far been spared in large part from the spread of injection drug use and its consequences, but the situation has been changing in Southern Cone countries towards a higher prevalence of harmful injection habits. Additional challenges have been posed by the increasing availability of heroin in the Andean Area and the abuse of crack cocaine and its impact on the sexual transmission of human immunodeficiency virus in many cities. Harm reduction strategies have been established in most areas of Brazil and are gaining momentum in Argentina. Other countries in the Region still face serious limitations due to restrictive legislation and lack of broader support. CONCLUSION: Greater participation of Latin American and Caribbean countries in research protocols and continued debate on both successful and failed experiences should be encouraged in order to minimize existing barriers to the full adoption of effective measures to curb the human immunodeficiency virus and AIDS epidemic in this Region.Resumo em Espanhol:
La entrada en el nuevo milenio coincidió con el inicio de una nueva fase de la reforma de los servicios de salud mental en América Latina y el Caribe. Esta nueva fase ha impuesto nuevas prioridades e inspirado nuevas estrategias de cooperación técnica a escala internacional. En el presente artículo se mencionan las características principales de las primeras fases de la reforma de los servicios de salud mental en América Latina y el Caribe, se discuten los factores que llevaron a la fase iniciada en 2001 y se describen las estrategias y acciones de cooperación técnica desarrolladas por la Organización Panamericana de la Salud para enfrentar los desafíos surgidos en la etapa actual de la reforma. Además, se exponen algunas reflexiones sobre las perspectivas de la cooperación internacional en este campo, así como las ventajas de establecer un programa regional para la reforma de los servicios de salud mental que facilite el trabajo conjunto de los gobiernos y de las organizaciones internacionales en un plan de acción con objetivos definidos. Se recomienda aprovechar la celebración del decimoquinto aniversario de la Declaración de Caracas para lanzar un plan de acción regional que dé un nuevo impulso a la reforma de los servicios de salud mental.Resumo em Inglês:
The beginning of the new millennium coincided with the start of a new phase in the reform of mental health services in Latin America and the Caribbean. This new phase has imposed new priorities and prompted new technical cooperation strategies at the international level. This piece points out the main characteristics of the first phases in the reform of mental health services in Latin America and the Caribbean, discusses the factors that led to the phase that started in 2001, and describes the strategies and the technical cooperation activities of the Pan American Health Organization to deal with the challenges that have arisen in the current stage of reform. The piece also considers the prospects for international cooperation in this field, as well as the advantages of establishing a program for the reform of mental health services in the Americas that would contribute to the combined efforts of governments and international organizations in an action plan with defined objectives. The piece recommends taking advantage of the celebration of the 15th anniversary of the Declaration of Caracas in order to launch an action plan that gives new impetus to mental health services reform in the Americas.Resumo em Espanhol:
El presente artículo tiene como objetivos describir los datos probatorios en que se deben basar las políticas contra el alcoholismo en las Américas, evaluar en qué medida las políticas nacionales pueden tener un impacto en la salud pública e identificar las áreas en que estas políticas pueden mejorar. En el artículo se presenta una breve revisión de las encuestas epidemiológicas realizadas para evaluar la prevalencia de los problemas relacionados con el consumo de alcohol en la Región y se analizan 32 estrategias e intervenciones de prevención a la luz de pruebas de su eficacia, el volumen de investigaciones que las respaldan, el costo de su implementación y otros aspectos prácticos. En general, las estrategias e intervenciones con mayor respaldo empírico son los bajos valores de alcoholemia mientras se conduce, los controles sobre el acceso al alcohol, los límites de edad para comprar bebidas alcohólicas y el elevado precio relativo de ellas. Se discuten las implicaciones de los datos en relación con las iniciativas para combatir el alcoholismo en las Américas, según un análisis de la medida en que las políticas e intervenciones empleadas actualmente en 25 países de las Américas pueden tener un impacto sanitario positivo en los problemas relacionados con el consumo de alcohol. Los países que han adoptado las políticas con el mayor impacto esperado son Colombia, Costa Rica, Venezuela y El Salvador. No obstante, el análisis indica que casi todos los países de las Américas podrían mejorar sus posibilidades de evitar problemas relacionados con el alcoholismo. En los países en desarrollo de América Latina, las políticas deben concentrarse en fortalecer las medidas que prohíben conducir en estado de embriaguez, las que modifican el contexto en que se consumen bebidas alcohólicas, y los límites de disponibilidad física. Para los países desarrollados y con altos ingresos de América del Norte, el objetivo debe ser evitar el deterioro de los patrones actuales de consumo y reducir el volumen general de ese consumo. Tomando en cuenta el bajo o moderado costo de muchas de las políticas analizadas en este artículo, es factible que las comunidades y naciones reduzcan notablemente la carga de enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas alcohólicas en las Américas.Resumo em Inglês:
The objectives of this article are to describe the evidence base for alcohol policy in the Americas, to evaluate the extent to which national policies are likely to have an impact on public health, and to identify areas where alcohol policies could be improved. The paper begins with a brief review of epidemiological surveys of the prevalence of alcohol problems in the Americas. This is followed by an analysis of 32 prevention strategies and interventions in terms of the evidence for their effectiveness, amount of research support, cost to implement, and other feasibility issues. Overall, the strategies and interventions with the greatest amount of empirical support are low blood alcohol concentration levels for driving while intoxicated, controls on alcohol availability, age limits on alcohol purchases, and relatively high alcohol prices. The implications of the evidence are next discussed in relation to alcohol policy initiatives in the Americas, based on an analysis of the extent to which strategies and interventions currently used in 25 countries of the Americas are likely to have a public health impact on alcohol-related problems. The countries that have adopted the policies with the highest expected impact overall are Colombia, Costa Rica, Venezuela, and El Salvador. Nevertheless, the analysis indicates that almost all the countries of the Americas could improve the likelihood of preventing alcohol-related problems. Policy efforts in the developing countries of Latin America should focus on improving countermeasures against driving while intoxicated, measures that alter the drinking context, and limits on physical availability. For the developed, high-income countries of North America the goal should be to prevent deterioration of current drinking patterns and to reduce the overall volume of drinking. Given the low to moderate cost of many of the policies reviewed in this article, it now seems possible for communities and nations to substantially reduce the alcohol-related burden of illness in the Americas.Resumo em Espanhol:
En el presente trabajo se describe un programa de entrenamiento para la atención de la salud mental después de desastres, desarrollado por la Sección Internacional del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Dalhousie (Halifax, Canadá) y llevado a cabo en la isla de Granada después de que el huracán Iván azotó ese país en septiembre de 2004. Este programa de entrenamiento para entrenadores utilizó un modelo integrado de salud comunitaria para ayudar a los proveedores de los servicios sanitarios locales a desarrollar las habilidades necesarias para identificar los trastornos mentales frecuentes después de un desastre natural y aplicar tratamientos basados en pruebas científicas. Este programa también favorece el enfoque actual de atención sostenible de salud mental en la comunidad, promovido por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Además, se contrapone a las actividades verticales de consejería psicosocial dirigidas a toda la población, en su mayoría ineficaces y costosas, que se han venido empleando en el Caribe después de desastres naturales.Resumo em Inglês:
This paper describes a post-disaster mental health training program developed by the International Section of the Department of Psychiatry at Dalhousie University (Halifax, Canada) and delivered in Grenada after Hurricane Ivan struck the country in September 2004. This train-the-trainer program used an integrated community health model to help local health care providers develop the necessary skills for the identification and evidenced-based treatment of mental disorders occurring after a natural disaster. The approach also provided for ongoing, sustainable mental health care delivered in the community setting, as advocated by the World Health Organization and the Pan American Health Organization. This approach is in contrast to the largely ineffective and costly vertical whole-population psychosocial counseling activities that have often been used in the Caribbean following natural disasters.Resumo em Inglês:
Dealing with mental health problems is undoubtedly an increasingly important public health responsibility around the world. In Chile, because of the changes in the epidemiological profile of the population, the lifetime prevalence of mental and behavioral disorders has reached 36%. In response, the Ministry of Health of Chile, through its Mental Health Unit, prepared the National Plan for Mental Health and Psychiatry. The Plan establishes objectives, strategies, and steps to improve the well-being and mental health of Chileans. This piece describes the model of care for mental health and psychiatry used in Chile's public health care system, analyzes the main difficulties encountered and the achievements made in the 10 years that the Plan has been in place, and makes recommendations for improving the Plan. Over the 10-year period, the new model for mental health and psychiatry has managed to make a place for itself in the public health care system. Indicators show that the beneficiaries of the public health care system in Chile now have greater access to mental health services than before the new model of community care was established, have broader health care coverage, and receive better quality services.Resumo em Espanhol:
La situación de la salud mental de los niños y adolescentes en América Latina y el Caribe es muy desigual, como lo son la composición étnica, los avances macroeconómicos, la estabilidad y las estructuras políticas, la organización social, la forma de control gubernamental sobre los servicios de salud mental, el grado de urbanización y la turbulencia política y social en los diversos países. Los recursos destinados a las investigaciones y servicios clínicos varían también de un país a otro. Muchos de los países latinoamericanos y caribeños cuentan con programas innovadores de salud mental, pero falta coordinación en la planificación y la asignación de los recursos. En el presente artículo se identifican los aspectos clave relacionados con el déficit en la capacidad de estos servicios en América Latina y el Caribe. Se exponen las nuevas iniciativas dirigidas a mejorar el acceso a los servicios y a mejorar su calidad sobre la base de proteger los derechos de los pacientes, entre ellas algunos novedosos programas preventivos. Además, se describe el énfasis creciente en las investigaciones relacionadas con las políticas.Resumo em Espanhol:
En muchos países de la región de las Américas, las personas con discapacidades mentales pueden ser recluidas en centros psiquiátricos contra su voluntad, indefinidamente, sin apenas justificación, y con poca supervisión o ninguna. Estas circunstancias son una clara violación de derechos humanos, tales como el derecho a la libertad, y del derecho al procedimiento reglamentario con todas las garantías judiciales, tal como establecen los tratados de derechos humanos con fuerza vinculante en los niveles internacional y regional. Además, muchos países de América Latina y el Caribe no han adoptado leyes específicas en materia de salud mental ni han interpretado los dictámenes constitucionales en el contexto de la salud mental de una manera acorde con los principios y recomendaciones que rigen actualmente en materia de derechos humanos. mecanismos de vigilancia y monitoreo del Sistema Interamericano de Derechos Humanos pueden constituir un instrumento jurídico eficaz y de utilidad para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidades mentales; en este sentido pueden suplementar las leyes nacionales o servir como fuente de regulación en aquellos lugares donde no existen leyes nacionales. Los países deben promulgar leyes nacionales que confieren una protección básica, de acuerdo con las garantías legales, a aquellas personas que hayan sido recluidas en centros de salud mental en contra de su voluntad. Esto ayudaría a garantizar que las personas no sean internadas y retenidas de forma arbitraria, que la discapacidad mental sea lo bastante grave como para justificar su internamiento involuntario, y que la decisión de internar y retener a la persona sea revisada periódicamente, de manera eficiente, por un tribunal independiente e imparcial. Consideramos necesaria una aplicación más rigurosa de las normas de los derechos humanos por parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, a fin de lograr que los estados se responsabilicen de la manera como tratan a las personas con discapacidades mentales y que promulguen leyes para proteger los derechos de aquellas que hayan sido recluidas en centros psiquiátricos contra su voluntad.Resumo em Espanhol:
El 17 de diciembre de 2003, en una decisión sin precedente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió medidas urgentes de auxilio para proteger la vida y salud de 460 personas que estaban detenidas en el hospital neuropsiquiátrico estatal del Paraguay. Por primera vez la Comisión convocó a la toma inmediata de medidas críticas para combatir una serie de abusos que se venían cometiendo en una institución psiquiátrica. La entidad conocida por Mental Disability Rights International (MDRI, o Agencia Internacional para los Derechos de Personas con Discapacidad Mental) y el Center for Justice and International Law (CEJIL, o Centro de Justicia y Derecho Internacional) intercedieron ante la Comisión Interamericana a favor de dos niños, Julio y Jorge, que por más de cuatro años habían estado encerrados en celdas de dos metros cuadrados, sin acceso a un baño, así como a favor de otras 458 personas recluidas en la institución en condiciones igualmente inhumanas y denigrantes. Desde diciembre de 2003, la MDRI y el CEJIL, junto con la Organización Panamericana de la Salud, han venido luchando por conducto de la Comisión para lograr cambios fundamentales no solamente en las condiciones imperantes y en el tratamiento de las personas recluidas en el hospital, sino también en la estructura de los servicios de salud mental en el Paraguay.