Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Describir las tendencias observadas en el consumo de alcohol en el continente americano, calcular la carga de morbilidad atribuible al alcohol en 2000 y examinar las consecuencias de políticas encaminadas a reducir la carga de enfermedad relacionada con el consumo de alcohol. MÉTODOS: Dos aspectos de la exposición al alcohol se abarcaron en este análisis de datos secundarios: el volumen promedio de alcohol consumido y los hábitos de consumo. Se establecieron dos parámetros de interés principales: la mortalidad (número de defunciones) y los años de vida perdidos, calculados en función de la presencia de discapacidad (DALY) (es decir, los años perdidos como resultado de una muerte temprana y de la presencia de discapacidad). Se hicieron cálculos separados en función del sexo, el grupo de edad y la región de la Organización Mundial de la Salud. RESULTADOS: A pesar de que se observan diferencias regionales, el consumo de alcohol en el continente americano fue, en promedio, más de 50% mayor que en el mundo en general. Se advirtió la tendencia a beber en exceso de manera errática. El consumo de alcohol explica una elevada fracción de la carga de morbilidad: 4,8% de todas las muertes y 9,7% de todos los DALYs perdidos en 2000 se atribuyeron al consumo de alcohol, y la mayor parte de esta carga de morbilidad se observó en países que no pertenecen a América del Norte. Traumatismos intencionados y no intencionados fueron causa de 59,8% de todas las defunciones relacionadas con el consumo de alcohol y de 38,4% de la carga de morbilidad correspondiente. De todos los factores de riesgo comparados en este trabajo, el alcohol aportó la mayor proporción del riesgo, seguido del tabaco. CONCLUSIONES: Se deben llevar a cabo intervenciones para reducir la elevada carga de morbilidad relacionada con el alcohol en el continente americano. Dada la estructura epidemiológica de esta carga, la prevención de traumatismos -no solo los provocados por accidentes de tránsito sino otros también-, así como la provisión de tratamientos adecuados, debe ser parte importante de todo plan general dirigido a reducir la carga sanitaria asociada con el consumo de alcohol.Resumo em Inglês:
OBJECTIVES: To describe patterns of alcohol consumption in the Americas, to estimate the burden of disease attributable to alcohol in the year 2000, and to suggest implications for policies to reduce alcohol-related disease burden. METHODS: Two dimensions of alcohol exposure were included in this secondary data analysis: average volume of alcohol consumption and patterns of drinking. There were two main outcome measures: mortality (number of deaths) and disability-adjusted life years (DALYs) lost (number of years of life lost due to premature mortality and disability). Separate estimates were obtained for different sexes, age groups and WHO regions. RESULTS: Despite regional variations, alcohol consumption in the Americas averaged more than 50% higher than worldwide consumption. Patterns of irregular heavy drinking prevailed. Alcohol consumption caused a considerable disease burden: 4.8% of all the deaths and 9.7% of all DALYs lost in the year 2000 were attributable to drinking, with most of the burden occurring outside North America. Intentional and unintentional injuries accounted for 59.8% of all alcohol-related deaths and 38.4% of the alcohol-related disease burden. Of all risk factors compared here, alcohol accounted for the greatest proportion of risk, followed by smoking. CONCLUSIONS: Interventions should be implemented to reduce the high burden of alcohol-related disease in the Americas. Given the epidemiological structure of this burden, injury prevention including, but not restricted to, prevention of traffic injuries, as well as appropriate treatment options, should play an important role in comprehensive plans to reduce the alcohol-related public health burden.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Informar acerca de la epidemiología de trastornos mentales comunes en el Caribe angloparlante. MÉTODOS: Se rastrearon las bases de datos electrónicas de MEDLINE, MEDCARIB y West Indiana usando las palabras Caribbean más psychiatry, o mental, o suicide y se eligieron y revisaron los materiales que proporcionaban datos epidemiológicos. RESULTADOS: La incidencia de la esquizofrenia por cada 10 000 habitantes, ajustada según la edad, es de 2,09 en Jamaica y de 2,92 en Barbados. En Trinidad, la incidencia del trastorno es de 2,2 por cada 1 000 habitantes. Estas tasas son menores que las notificadas en ingleses de raza blanca y más bajas, en grado estadísticamente significativo, que las tasas observadas en afrocaribeños residentes de Inglaterra, en quienes el riesgo de padecer esquizofrenia es de 16 a 18 veces mayor. Un estudio diagnóstico comparativo llevado a cabo en el Reino Unido apunta a que los errores de diagnóstico explican esta diferencia en gran medida. Tasas de incidencia relativamente bajas de trastornos afectivos, estados de ansiedad, suicidio e intento de suicidio se han notificado en Jamaica, Trinidad y Barbados. DISCUSIÓN: La mayoría de los estudios epidemiológicos publicados sobre poblaciones caribeñas se concentran en la esquizofrenia debido al elevado riesgo de padecer este trastorno que se observa en afrocaribeños residentes de Inglaterra, por comparación con los ingleses de raza blanca. Hay cada vez más indicios de que la causa radica en el racismo y en la marginación social que sufre la población negra radicada en el Reino Unido, y en los diagnósticos equivocados emitidos por psiquiatras blancos. Los estudios sobre el papel de la esclavitud y la ingeniería social en las colonias llaman la atención a la posibilidad etiológica de que la organización social y estructural de la comunidad desempeñe un papel en el origen de la esquizofrenia. Por consiguiente, el Caribe representa un estupendo crisol para la investigación de la distribución epidemiológica y las causas de los trastornos mentales.Resumo em Inglês:
OBJECTIVE: To report on the epidemiology of schizophrenia and other common mental health disorders in the English-speaking Caribbean. METHODS: The MEDLINE, MEDCARIB and West Indiana electronic databases were searched with the phrases Caribbean AND psychiatry OR mental OR suicide, and items with specific reference to epidemiology were culled and reviewed. RESULTS: The age-corrected incidence rate for schizophrenia per 10 000 is 2.09 in Jamaica, 2.2 per 1000 in Trinidad, and 2.92 in Barbados. These rates are lower than the incidence rates reported for white British people, and significantly lower that the 6- to 18-fold higher risk ratio incidence reported for African Caribbeans living in Britain. A comparative diagnostic study carried out in the United Kingdom (UK) suggests that misdiagnosis plays a significant role in this difference. Relatively low incidence figures for affective disorders, anxiety states, suicide and attempted suicide have been reported for Jamaica, Trinidad, and Barbados. DISCUSSION: Most published epidemiological studies of Caribbean populations center on schizophrenia, because of the startling findings of a large increase in risk ratios for African Caribbean people living in England compared to the white native British people. The etiological evidence is shifting toward factors of racism and social alienation experienced by black people in the UK, and to misdiagnosis by white British psychiatrists. Studies of the role of colonial enslavement and social engineering raise the etiological possibility of a role for social and structural community organization in the genesis of schizophrenia. The Caribbean thus represents a rich crucible for research in the epidemiology and etiology of mental health disorders.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: Calcular las tasas de infección por el virus de la hepatitis B (VHB) en usuarios de drogas inyectadas en Río de Janeiro, Brasil, y dar a conocer sus conocimientos y actitudes en torno a la hepatitis y a la vacunación contra el VHB. MÉTODOS: Seiscientos nueve usuarios de drogas que se reclutaron en Río de Janeiro entre 1999 y 2001 respondieron a un cuestionario y fueron sometidos a pruebas para detectar la presencia de hepatitis B y de otras infecciones transmitidas por la sangre. Las preguntas versaban sobre aspectos sociodemográficos, el consumo de alcohol y de drogas ilícitas, el modo de inyección de las drogas y las prácticas sexuales, los antecedentes médicos y los conocimientos sobre el VIH, el sida y la hepatitis viral. RESULTADOS: La prevalencia de infección por el VHB fue de 27,1%; 3,4% de la muestra tuvo resultados positivos al HB Ag (infección activa) y 0,8% a anticuerpos anti-HBs (indicadores de que ya se ha recibido la vacuna contra el VHB). La mayor parte de las personas entrevistadas afirmaron no haber sido vacunadas contra la hepatitis B, pero casi todos las que no habían recibido la vacuna (97,8%) manifestaron estar dispuestas a vacunarse si se elaborase una vacuna. CONCLUSIONES: Pocos de los usuarios de drogas inyectadas habían sido vacunados contra el VHB. Aunque la mayor parte eran conscientes de los peligros que acarrea la hepatitis viral, ello raras veces se traducía en un cambio conductual invariable. La disposición de los participantes a vacunarse contra el VHB indica que si se implementase la vacunación en esta población se lograría reducir las tasas de hepatitis B.Resumo em Inglês:
OBJECTIVES: To measure hepatitis B virus (HBV) infection rates among injection drug users in Rio de Janeiro, Brazil, and to report their knowledge of and attitudes toward hepatitis and HBV vaccination. METHODS: 609 injection drug users recruited in Rio de Janeiro between 1999 and 2001 answered a questionnaire and were tested for hepatitis B and other blood-borne infections. Questions covered sociodemographic information, alcohol and illicit drug consumption, drug injection and sexual practices, medical history, and knowledge about HIV, AIDS and viral hepatitis. RESULTS: The prevalence of HBV infection was 27.1% , with 3.4% of the sample positive for HbsAg (active infection) and 0.8% positive for anti-HBs (indicating previous HBV vaccination). Most interviewees (81.3%) were aware of at least one form of viral hepatitis and received information from many different sources. In agreement with laboratory findings, 96.7% of the interviewees stated they had never been vaccinated against hepatitis B, but almost all unvaccinated interviewees (97.8%) said they would volunteer to be vaccinated if HBV vaccination were available. CONCLUSIONS: Few of the injection drug users surveyed had ever been vaccinated against HBV. Although most were aware of the risks posed by viral hepatitis, this awareness seldom translated into consistent behavioral change. The participants' willingness to be vaccinated against HBV suggests that the implementation of vaccination for this population may help decrease rates of hepatitis B infection.Resumo em Espanhol:
OBJETIVOS: En América Latina no se han estudiado suficientemente los trastornos por estrés postraumático (TSP) y otras afecciones piscopatológicas mediante muestras basadas en la comunidad. El presente estudio explora varias reacciones psicopatológicas y sus respectivos factores de riesgo dos meses después de que el huracán Mitch azotó Honduras en octubre de 1998. MÉTODOS: En Tegucigalpa, capital de Honduras, se seleccionó a 800 personas de 15 años de edad o más que vivían en áreas residenciales consideradas de estatus socioeconómico alto, medio o bajo y que habían sufrido los devastadores efectos del huracán en mayor o en menor medida. Para diagnosticar los casos de TSP se utilizó la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta. La depresión, el abuso de alcohol y la reacción de dolor se evaluaron mediante encuestas de tamizaje, mientras que para la desmoralización se empleó el Cuestionario de Síntomas. Se aplicó la Escala de Impacto de Eventos para establecer la gravedad de la reacción postraumática. RESULTADOS: Se encontró TSP en 10,6% de la muestra. Los encuestados de las áreas residenciales más afectadas estaban más angustiados, tuvieron una mayor puntuación en la evaluación de sufrimiento, y presentaron síntomas de TSP de mayor gravedad. También presentaron mayores tasas de prevalencia de depresión mayor, alcoholismo y problemas emocionales previos. El mejor modelo explicativo del riesgo de sufrir TSP tomó en cuenta el grado de exposición según los eventos traumáticos informados y el incremento de la desmoralización asociada con ellos. Entre las personas con TSP, los factores pronóstico de la gravedad de los trastornos fueron el pertenecer al sexo femenino y el grado de exposición a los eventos traumáticos relacionados con el huracán. CONCLUSIONES: Se calcula que del total de 3,3 millones de adultos (de 15 años de edad o más) habitantes de Honduras, más de 492 000 han sufrido TSP debido al huracán Mitch. Para contar con una adecuada preparación sanitaria y ofrecer una apropiada respuesta ante los desastres es necesario reconocer en profundidad los múltiples efectos psicológicos que experimentan las víctimas.Resumo em Inglês:
BACKGROUND: Posttraumatic stress disorder (PTSD) and other psychopathological outcomes have not been sufficiently studied in community-based samples in Latin America. This study explored various psychopathological reactions and their respective risk factors two months after Hurricane Mitch struck Honduras in October 1998. METHODS: In the Honduran capital of Tegucigalpa, 800 respondents age 15 and older were selected from residential areas of high, middle, or low socioeconomic status that had suffered either high or low impact from the devastating effects of the hurricane. The Composite International Diagnostic Interview was used to diagnose PTSD. Depression, alcohol misuse, and grief reaction were examined using screening instruments, and the Self-Reporting Questionnaire was used to measure demoralization. The Impact of Event Scale was administered to ascertain the severity of the posttraumatic reaction. RESULTS: PTSD was present in 10.6% of the sample. Respondents from the high-impact residential areas were more distressed, had higher scores on the grief inventory, and showed greater severity in PTSD symptoms. The respondents from the high-impact residential areas also had higher prevalence rates of major depression, alcoholism, and prior emotional problems. The best explanatory model for the risk of developing PTSD included the degree of exposure based on reported traumatic events, and associated increased demoralization. Among the persons with PTSD, its severity was predicted by being female and by the degree of exposure to hurricane-related traumatic events. CONCLUSIONS: Out of a total population of 3.3 million adults (age 15 and older) in Honduras, it is estimated that over 492 000 of them may have developed PTSD due to Hurricane Mitch. Adequate health disaster preparedness and response requires full acknowledgement of the multiple psychological effects that victims experience.